Koldo MARTINEZ | Máster en Bioética y Médico del Hospital de Nafarroa
«Es un drama impresionante, pero a veces es mejor morir que vivir»
Koldo Martínez Urionabarrenetxea, primer Máster Europeo en Bioética del Estado español e impulsor del «testamento vital», considera que el hecho de que haya personas que deciden acabar conscientemente con su vida «es un drama personal y social impresionante», pero no duda de que «en ocasiones es mejor morir que seguir viviendo en determinadas condiciones».
Además de Máster Europeo en Bioética, Koldo Martínez
realiza su labor médica en Cuidados Intensivos del Hospital de Nafarroa, lo que
le permite conocer más de cerca esta problemática.
El reciente caso de Madeleine Z. ha generado protestas en algunos sectores. ¿Qué valoración hace de ello?
Las razones que se dan para no despenalizar el suicidio asistido y la eutanasia son moralmente muy débiles, muy pobres. En el caso de Madeleine Z. se trata de un suicidio asistido. Lo que ha hecho ha sido conseguir que alguien le dé una receta o unos medicamentos que ella ha utilizado en un determinado momento para acabar con su vida.
¿Es delito intentar suicidarse?
En el Estado español el suicidio no está penalizado, aunque sí lo estaba hasta hace unos años. Por ejemplo, las personas que se suicidaban no eran enterradas en los mismos cementerios que los demás. A veces, incluso se confiscaban los bienes de la persona que se había suicidado y no se las daban a los herederos. A la persona que intentaba suicidarse y no lo conseguía, el juez le llamaba y le echaba una reprimenda. Sin embargo, hoy en día la sociedad ha aceptado que el suicidio es un derecho de las personas.
¿Y qué opina usted, desde su condición de médico?
Hay dos tipos de suicidios. Uno, el suicidio que hacen quienes tienen enfermedades mentales, por ejemplo, personas deprimidas que no se intentan suicidar voluntariamente, sino que es la enfermedad la que les empuja a suicidarse. Por eso, a esas personas hay que intentar salvarles la vida, porque la depresión que tienen por debajo, es decir, la enfermedad subyacente, es curable, y una vez que se curan de esa enfermedad, siguen queriendo vivir. Ahora bien, hay otro tipo de suicidio que es consciente, como parece que ha sido el de Madeleine Z. Era una mujer que amaba mucho la libertad, que participó en la revuelta de Mayo del 68, que amaba la vida, pero la vida con un mínimo de calidad. Y cuando ella ha visto que no iba a tener ese mínimo de calidad, ha decidido acabar con su existencia, y eso me parece legal y moralmente aceptable.
Pero en el caso de Madeleine Z. el juez ha abierto una investigación.
La legislación española castiga la ayuda al suicidio, es decir, el Código Penal español castiga a quienes le han ayudado a suicidarse. Por ejemplo, a quien le haya recetado la medicación que ella ha tomado o a quien le haya inducido a suicidarse. Yo creo que, si se trata de un suicidio consciente, el castigo a esa ayuda debe ser totalmente eliminada. Moralmente, hay ocasiones en que morir es mejor que vivir, y eso es un drama para quienes creemos que la vida es lo mejor que tenemos. El drama es precisamente que haya personas que en un determinado momento piensen que morir es mejor que vivir. Es un drama personal y social impresionante, pero es así.
¿Está contemplada la eutanasia en el
Documento de Voluntades Anticipadas? Se trata de un documento que cada uno lo hace a su
estilo, es decir, no hay «un documento», sino que la ley nos reconoce la
posibilidad de hacer documentos que recogen nuestras voluntades anticipadas. Hay
un modelo que sirve de guía o de orientación, pero el documento lo hace cada
cual. Es como el otro testamento, en el que puedes decir que dejas todos tus
bienes a tu mujer, o a tus hijos. En este documento de voluntades anticipadas
puedes poner lo que quieras, lo que pasa es que, si lo que pones va en contra de
las normas de la buena práctica médica o en contra de la ley, a nadie se le
puede obligar a cumplirlo. En principio, es un documento vinculante, pero sólo
si cumple determinadas características, y una de ellas es que lo que en él se
pida no vaya contra la ley.
«No prolongar inútilmente de manera artificial mi vida», dice textualmente este modelo. Entonces, ¿los profesionales sanitarios deben respetar obligatoriamente esas instrucciones?
Sí, ésta es una obligación de los profesionales sanitarios. Nosotros estamos obligados a respetar las instrucciones que se dan en los documentos de voluntades anticipadas. Pero, ¿qué quiere decir esa frase que recoge el modelo? Eso es opinable e interpretable. Es cierto que, cada vez más, un mayor número de profesionales estamos entendiendo esto de una forma determinada y estamos haciendo una cosa que se llama limitación del esfuerzo terapéutico. Por ejemplo, a un paciente que está conectado a un respirador las 24 horas del día, los 30 días del mes y los 12 meses del año y considera que eso no es suficiente calidad de vida, en cuanto tiene cualquier complicación se le puede limitar el uso del ventilador, retirárselo, no ponerle antibióticos, etc. Son decisiones que están totalmente aceptadas ética y legalmente por el 99,9% de los profesionales sanitarios de este país.
¿Están teniendo aceptación los registros de voluntades anticipadas?
Las personas que registran sus documentos de voluntades anticipadas son pocas y, aunque están mejorando algo en calidad, generalmente los documentos que se escriben son muy pobres. Es decir, son documentos que se rellenan sin haber hecho una gran reflexión sobre lo que se está escribiendo en ese documento. Para que tenga un mínimo de calidad, este documento requiere una reflexión serena y profunda sobre qué quiere decir la enfermedad, qué quiere decir estar enfermo, qué significa ser una persona dependiente o vivir con calidad de vida... Por desgracia, esto se hace todavía muy poco, y no sólo aquí. En Estados Unidos llevan 16 años con la ley aprobada sobre voluntades anticipadas y excepto en un sitio muy concreto del país, y en otro de Canadá, la experiencia está siendo bastante pobre. -
|