La Real no puede darse por descendida hasta que matemáticamente lo esté, pero no cabe dilatar hasta entonces la única decisión que al Consejo le falta tomar para variar el rumbo desacertado que lleva la entidad. El 1 de julio no puede estar al frente del club la directiva que ha tenido la máxima responsabilidad de poner fin a 40 años seguidos en Primera ni que ha visto reducido en más de un 20% el número de abonados en trece meses sin mediar un descenso, que ha tenido a cuatro entrenadores en un mismo año y ha fichado quince jugadores pese a que su lema era devolver al club a sus raíces. No puede seguir un Consejo que ha hecho lo contrario de lo que dijo y que, tras dos años de gestión, dejará al club, aun en la hipótesis más optimista de seguir en Primera, en una situación muchísimo peor de la que heredó. A uno le apena decir esto por la gran calidad humana de los consejeros, pero deben pensar ya en irse por responsabilidad y porque no lo han hecho nada bien. No son los únicos culpables de que la Real esté en la peor clasificación de su historia, pero son los máximos responsables de la situación actual y han dilapidado un apoyo que nadie ha tenido. Luis Uranga, cuya línea han querido recuperar, culminó una muy buena tarea con el gran acierto de irse antes de que lo echaran y dejó margen de maniobra a sus sustitutos. Ya que en otras cosas buenas han hecho justo lo contrario de lo que hacía Uranga, que por lo menos le copien en eso.- Joseba Iturria