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Al Fatah y Hamas abren un paréntesis en el sufrimiento

Las principales formaciones políticas palestinas, Hamas y Al Fatah, finalmente han alcanzado un acuerdo para crear un Gobierno de unidad nacional que ha puesto fin a los trágicos choques armados entre palestinos. La enviada de Bush, Condoleezza Rice, visita Palestina, donde todos sufren por vo votar como quería EEUU.

Jose Angel ORIA

La población palestina de Cisjordania y Gaza comienza ya a saborear un periodo de relativa calma, fruto de los acuerdos alcanzados en La Meca por delegaciones de Hamas y de Al Fatah para la constitución de un Gobierno de unidad nacional en cuestión de semanas. Quedan atrás los durísimos doce meses transcurridos desde la clara victoria electoral de la formación islamista en las urnas, con cientos de muertos y heridos en los choques armados entre milicias de las dos principales formaciones de la arena palestina. Pero estos enfrentamientos armados son sólo la parte más visible de un sufrimiento que afecta a toda la población de los territorios ocupados. Es cierto que la mayor responsabilidad corresponde a Israel y a EEUU, pero a los vascos nos ha de preocupar más el triste papel de los gobernantes europeos, caracterizado por su cobardía y por su sumisión ante todo lo que ordena Washington.

¿Qué relación tiene la UE con el sufrimiento palestino?

La Unión Europea no se ha atrevido a desarrollar un papel propio durante el trágico 2006, con lo que ha dejado escapar una gran oportunidad para poner en marcha esa «política exterior común» que todos echan de menos. Se ha incorporado al boicot económico contra el pueblo palestino impuesto por el tándem EEUU-Israel, como forma de castigo colectivo por haber apoyado en las urnas a «los malos».

A los vascos no nos debiera sorprender esta hipócrita forma de entender la «democracia», que sólo sirve cuando el resultado es el «adecuado».

Quizá sí haya sorprendido a millones de árabes y de musulmanes que creyeron que Europa sí era democrática. El mensaje que han recibido todos ellos no puede ser más claro: las elecciones -por limpias y transparentes que sean- no sirven para llegar al poder, al Gobierno, si no tienes el apoyo de Estados Unidos. Por tanto...

¿Qué supone el boicot económico contra el pueblo palestino?

Ese boicot económico ha sido, y aún es -está por ver que, como se espera, la constitución de un Gobierno de unidad nacional suponga la devolución por parte de Israel de millones y millones de euros a las arcas de la Autoridad Palestina y la reanudación de las subvenciones internacionales-, criminal. Ha propiciado los ataques entre Hamas y Al Fatah que tan trágicos han resultado, pero también ha traído consigo la muerte de pacientes que no han podido ser tratados, la destrucción de unas instituciones ya débiles antes de la victoria de Hamas, hambre, miseria, dolor...

En los próximos meses recibiremos los informes que pondrán cifras a este castigo colectivo. Pero cualquier palestino, por ejemplo un taxista, nos puede ilustrar lo que está sucediendo. Adel es de Ramala y se compró un vehículo con la idea de ir pagándolo a plazos. Cuando se inició el criminal boicot, familiares suyos que trabajan para la Autoridad Palestina dejaron de percibir sus salarios. Adel les ayudó, en la medida de sus posibilidades, y tuvo que dejar de pagar varias letras. Además, sus ingresos cayeron en picado porque quienes antes requerían sus servicios ya no podían pagarlos. Ahora confía en que el paréntesis que parece abrirse le permita pagar las letras y conservar su vehículo.

¿No era un boicot contra el Gobierno de Hamas?

Los salarios de los cerca de 160.000 funcionarios de la Autoridad Palestina son imprescindibles para la extraña economía palestina, dependiente de los caprichos de la fuerza ocupante. De dichos salarios vive directamente un millón de personas, o sea, cerca de un tercio de la población total de Cisjordania y Gaza. Diversas ONG y agencias de la ONU han ido denunciando el incremento de la pobreza y de todo tipo de problemas sanitarios, educativos, psicológicos... que se ha producido como consecuencia del boicot. Hablar de un «boicot contra el Gobierno de Hamas» es sólo un intento de ocultar que quien sufre las consecuencias es todo el pueblo palestino.

¿Por qué les ha costado tanto a Hamas y Al Fatah alcanzar un acuerdo?

Durante el último año, delegaciones de ambas formaciones han ido negociando para tratar de consensuar un Gobierno de unidad. En varias ocasiones, cuando todo parecía atado y así se hacía saber a los medios, el presidente Mahmnud Abbas Abu Mazen (de Al Fatah) se desmarcaba y daba por rotas las negociaciones. Y amenazaba con convocar elecciones, una forma con barniz democrático de dar un golpe de Estado y robar a Hamas lo que había logrado en las urnas.

«Sigue las órdenes de sus amos, de los Estados Unidos», denunciaban los observadores palestinos, tanto los islamistas como los que nada tienen que ver con Hamas. Abu Mazen ha llevado a los palestinos al borde de la guerra civil, la mayor victoria para Israel. Los ocupantes han logrado durante varios meses que los ocupados se maten entre ellos, dejando a un lado la resistencia.

Hamas ha intentado conservar lo que consiguió en las urnas, pero no ha podido desarrollar una labor de gobierno por las constantes zancadillas de Al Fatah. La formación que fundó Arafat, sin embargo, se ha convertido en un recadero de Washington, llegando a aceptar las armas que le suministran Israel y sus aliados para matar a su propio pueblo. Al Fatah ya no puede caer más bajo.

¿Y qué ha hecho la izquierda palestina?

Perder el poco crédito que le quedaba. Si bien representantes de las diversas formaciones de la izquierda palestina han participado, a modo de mediadores, en las reuniones entre Hamas y Al Fatah para formar un gobierno, su actuación ha sido muy criticada porque, en lugar de ocuparse de alcanzar el objetivo declarado -el final de los choques entre palestinos-, parecían más interesados en obtener el mayor beneficio posible de la pugna entre los dos grandes. Esa es la impresión que dejaban, esta misma semana, las palabras de portavoces del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) quejándose del poco peso de la izquierda en el Ejecutivo que se vislumbra.

Tanto el Frente Popular como el Democrático, además del Partido del Pueblo Palestino -ex Partido Comunista-, no parecen haber comprendido que perdieron hace mucho la confianza de los palestinos, como quedó demostrado en las elecciones en las que se impuso Hamas hace poco más de un año. Su actitud ha sido comparada con la que han mantenido los sectores de Al Fatah que no han dudado en asociarse al enemigo para imponerse al rival político.

¿Qué sucedería si volviesen a convocarse elecciones?

En principio, no parece probable que el presidente Abu Mazen vaya a hacerlo en los próximos meses, aunque, si le llaman desde Washington... En todo caso, es imposible hacer en Cisjordania, y mucho menos en Gaza, nada parecido a un proceso electoral si Hamas no está de acuerdo.

La formación islamista apenas ha sufrido el desgaste que acompaña normalmente a la labor de gobierno -porque no les han dejado gobernar-, y su legitimidad sigue intacta. Quizá pudiese perder el apoyo de personas que hace un año sólo querían castigar a Al Fatah, sin compartir las posturas islamistas. Pero la formación de Abu Mazen y la atomizada izquierda no serían rival para Hamas. Sólo el poderoso «factor miedo» -«como votéis a Hamas, hambre para todos»- parece capaz de poner en duda una nueva victoria islamista.

¿Qué cabe esperar de las reuniones de estos días de Condoleezza Rice con gobernantes palestinos e israelíes?

La secretaria de Estado de Estados Unidos vuelve a viajar a Palestina apoyada en el discurso de la «apertura de una puerta a la esperanza de la reanudación de las negociaciones» entre ambos pueblos. Durante su estancia en Palestina se producirá un encuentro entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Abu Mazen. Todo ello servirá para que los medios de comunicación más poderosos del planeta nos pinten un cuadro esperanzador, para que nos hablen de unos acuerdos entre Olmert y Mazen que acercan la paz...

Sin embargo, los máximos interesados en que las cosas cambien, los propios palestinos de Cisjordania y Gaza, no se lo creerán. «Rice viene para dar instrucciones a su vasallo», resumen los observadores palestinos. Lo cierto es que Washington aún no ha dado su visto bueno al Gobierno que se propone apadrinar el presidente palestino. «Nos reservamos nuestra opinión al respecto hasta que el Gobierno quede constituido», dijo el jueves la estadounidense, en el tono de amenaza que caracteriza al Gobierno de Bush. Se abren varias semanas de relativa tranquilidad.

Fechas para la memoria: Trece meses de calvario
 
25/01/2006 Hamas arrasa en las elecciones legislativas palestinas al lograr 74 escaños de un total de 132. Al Fatah, el gran derrotado, paga muy caros sus errores de los últimos años. 28/03/2006 El Parlamento palestino aprueba el nuevo Gobierno de la ANP, presidido por el primer ministro Ismail Haniyeh. Las amenazas de EEUU hacen que los otros partidos dejen solo a Hamas. 03/04/2006 EEUU y la Unión Europea interrumpen sus ayudas financieras directas al nuevo Gobierno palestino. Una semana más tarde, la UE se niega a hablar con los nuevos ministros. 11/05/2006 Palestinos presos en cárceles de Israel, de diversos colores políticos, dan a conocer una iniciativa para superar la crisis y crear un Gobierno de unidad nacional. Son días de esperanza. 29/06/2006 El Ejército de Israel secuestra en diversos puntos de los territorios ocupados a cerca de un centenar de parlamentarios y ministros palestinos. Las potencias occidentales callan. 08/02/2007 El presidente Abu Mazen y el primer ministro Ismail Haniyeh acuerdan, en la ciudad saudí de La Meca, la formación de un Gobierno de unidad nacional. El rey saudí patrocina el encuentro.

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