Maurice Papon, el único alto funcionario del Estado francés condenado por complicidad en crímenes contra la humanidad por su participación en la deportación de judíos en el régimen de Vichy, murió ayer con 96 años de edad.

Condenado en 1998 a 10 años de prisión, huyó a Suiza donde fue detenido. No pasó más de tres años en la cárcel hasta que fue puesto en libertad por motivos de salud.

Ello no le impidió seguir una fulgurante carrera funcionarial tras la guerra, que le llevó a las más altas esferas durante todos los regímenes de la III y la V Repúblicas.

Fue prefecto de Constantine durante la guerra de Argelia y prefecto de la Policía de París durante la sangrienta represión de una manifestación argelina el 17 de octubre de 1961, en la era del general De Gaulle. Indemne, fue nombrado ministro del Presupuesto en 1978 en el tercer Gobierno Barre, bajo la presidencia de Valery Giscard D´Estaing, hasta que en 1981, el diario satírico «Le Canard» publicó documentos que le implicaban en la deportación de 1.500 judíos.

Comenzaron 17 años de batalla jurídica que le llevaron a la cárcel. Al margen de los errores del proceso, el hecho de que Papon haya sido el único condenado por estos delitos revela que el Estado francés tampoco ha hecho cuentas con su pasado en este tema, el de la colaboración francesa con los nazis.