Algo más sobre el «Asno de Buridan"
J. Ibarzabal
Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas
Como complemento al artículo «El asno de Buridan», de Víctor Moreno (GARA, 16-II-07 ), voy a decir un par de cosas.
Buridan (siglo XIV) fue un filósofo muy famoso, discípulo de Duns Scoto (1270-1308 ), franciscano contrario al intelectualismo aristotélico de Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Hay muchas cosas que les diferencian, pero ahora me referiré exclusivamente a una que nos viene a pelo para el asunto que vamos a tratar. Es la rivalidad respeto a cual de las dos facultades humanas (razón y voluntad) es superior.
Para los tomistas el conocimiento racional es superior a la voluntad, mientras que para Buridan es lo contrario. Y para demostrarlo expone un ejemplo muy gráfico, que se conoce como el caso del «asno de Buridan». El animal lleva sin comer mucho tiempo y tiene hambre. Le colocan a derecha y a izquierda dos montones de cebada exactamente iguales. Se trata de un asno puramente intelectual. El asno delibera, y entre comer y no comer, opta por comer porque tiene hambre, y su organismo lo necesita. Y la segunda cuestión que se plantea es por cual de los dos comenzar. Y como no hay razón que aconseje uno sobre otro, el famélico asno muere en presencia de ambos montones.
Del ejemplo se desprende que la voluntad debe decidir por sí misma. Una actitud pragmática hubiera sido que el asno se hubiera dejado de gaitas intelectuales, y que hubiera empezado a comer por cualquiera de los dos montones, dando primacía a la voluntad sobre el intelecto.
Aplicando el caso de Buridan a la situación actual de Euskal Herria, pienso que al burro no se le presenta ningún dilema. Tiene mucha hambre, pero de momento sólo un montón de cebada. Es la reciente propuesta autonómica realista y razonable de la izquierda abertzale, que básicamente consiste en que Vas- congadas y la alta Navarra decidan incorporarse o no a una única Comunidad Autonoma, que decidirá en el momento oportuno el grado de dependencia que desea mantener con España.
Así que tanto a nivel racional como volitivo, el asno empezará a comer. Lo que hace falta es que cuando acabe ese montón tenga otros, es decir, las propuestas de los demás grupos políticos. Y que el asno decida cuál le gusta más.