Las duras exigencias competitivas no suelen permitirlo, pero Osasuna hizo ayer una excepción y se dio un día de prórroga antes de empezar en su próximo e inmediato compromiso.

No es de extrañar, teniendo en cuenta las fuertes emociones que se vivieron la víspera en un Sadar que tuvo que esperar hasta el último suspiro para asegurarse, por lo menos, la celebración de un partido europeo más. Un encuentro que está ya a la vuelta de la esquina, porque la eliminatoria completa de octavos de final de la Copa de la UEFA se disputará en las dos primeras semanas de marzo.

Así que el choque frente a la Girondins se mereció ayer algunos comentarios, pero la cita con el Glasgow Rangers empieza ya a acaparar protagonismo. Y lo hace con buenas sensaciones, y por partida doble. No en vano, al hecho de la actual clasificación rojilla se une el recuerdo de aquella primera participación europea de los rojillos, allá por 1985, cuando Osasuna eliminó, precisamente, al conjunto escocés. «Fue la primera vez que el club se clasificaba para competición europea, había una ilusión muy grande y fue un viaje muy animoso», rememoraba ayer Patxi Izco, que en aquella ocasión lo vivió como aficionado. «Iban tres o cuatro jugadores -recordó- que nunca se habían montado en avión y había bastante nervios. No había estas medidas de seguridad que hay ahora en los aviones, había cazuelas de magras con tomate, parecía los tendidos de los toros, fumando todos y las azafatas se asustaban de pasar por los pasillos. La gente disfrutó en el hotel y el ambientazo fue fenomenal, porque Glasgow era una ciudad triste, era invierno y a las seis de la tarde no andaba nadie en la calle».

En definitiva, toda una fiesta que el presidente rojillo espera repetir en breve, pese a reconocer que su equipo se va a enfrentar a «un rival complicado. Fue cuartofinalista en la Champions el año pasado y eso quiere decir algo. Tiene un potencial importante, pero quizá su estilo de fútbol se adapte mejor al nuestro», añadió Izco, que cree que la eliminatoria está «al cincuenta por ciento».

Izco, con todo, recordó que el objetivo «más ilusionante es la Liga -en la que Osasuna alcanzará mañana su partido 1.000-, sin lugar a dudas. La Liga es el objetivo irrenunciable y lo demás viene por añadidura».

Nekouman, protagonista

Aunque no lo parezca, sobre todo tras subidones como el del jueves. Especialmente intenso en algunos casos como el de Javad Nekouman, que reconoció haber marcado «el gol más importante» de su carrera, aunque intentó restar importancia a su protagonismo asegurando que ese tanto «es la recompensa al trabajo de todo el equipo y también queríamos agradecer al público y el apoyo de los cerca de 7.000 aficionados que fueron a Burdeos».

Una afición de la que, lógicamente, tampoco quiso olvidarse Patxi Izco, que se alegró de la clasificación «sobre todo por la afición, ya que jugaron un papel muy importante en esta eliminatoria. El equipo se sobrepuso al cansancio con la ayuda del público», destacó.

El presidente rojillo, por otra parte, también se refirió ayer al propio Nekouman, cuya buena actuación esta temporada le puede abrir más de una puerta. «Tiene contrato y una cláusula de cinco millones de euros -recordó-. Nos está demostrando que su fichaje fue un acierto por parte de la dirección técnica».