La ONU acusa a Jartum de «crímenes de escala internacional" en Darfur
Una misión de la ONU ha acusado al Gobierno de Sudán de haber organizado y participado activamente en los crímenes contra civiles en Darfur. Asegura que la situación continúa empeorando e insta a la comunidad internacional a que proteja a la población. El informe constata la coordinación entre las Fuerzas Armadas y las milicias apoyadas por Jartum y denuncia la la violencia sexual y las detenciones arbitrarias.
GARA |
El Gobierno de Jartum «ha orquestado y participado» en los crímenes a gran escala perpetrados contra la población civil de la región sudanesa de Darfur, donde la situación continúa empeorando. Estas son algunas de las principales conclusiones de la misión de alto nivel realizada, bajo petición del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, por un grupo de observadores dirigidos por la premio Nobel de la Paz Joddy Williams.
Además de acusar directamente a Jartum de estar detrás de algunos de los graves «crímenes de guerra» y «crímenes contra la humanidad» ocurridos en los últimos tres años en Darfur, la misión señala con el dedo a la comunidad internacional, asegurando que la mayoría de sus iniciativas han fracasado hasta la fecha, y pidiéndole que se implique en la protección de los civiles. Señala que «por muy importantes que sean» los pasos que se hayan dado hasta ahora, «no se han demostrado adecuados para asegurar una protección efectiva sobre el terreno». Al menos 200.000 personas han muerto como consecuencia de este conflicto.
«Graves y sistemáticas»
En concreto, la misión de alto nivel concluye que la situación actual en Darfur, a donde las autoridades no les han permitido la entrada, está «caracterizada por graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos y graves incumplimientos de la ley humanitaria internacional». Según el informe, después de cuatro años de enfrentamientos, «los crímenes de guerra y contra la humanidad continúan en toda la región».
«El principal patrón es el de una campaña de violenta contrainsurgencia llevada a cabo por el Gobierno de Sudán junto a las milicias janjaweed, y que tiene como blanco principalmente a civiles», explica. Además, indica que «las fuerzas rebeldes son también culpables de serios abusos a los derechos humanos y violaciones de la ley humanitaria».
Entre el 5 de febrero y el 5 de marzo, la misión visitó Addis Abeba (Etiopía), Yamena (Chad), Abeche (Chad) y los campamentos de refugiados del este de Chad, donde se entrevistó con cientos de personas relevantes, revisaron documentos sobre el tema y evaluaron la situación de los derechos humanos y las necesidades existentes.
En el informe de 35 páginas, la misión establece que «con el surgimiento de una rebelión armada en la región, y el reclutamiento por parte el Gobierno de milicias para responder a la rebelión, los civiles se convirtieron en los principales objetivos y víctimas».
Tras los crímenes sufridos por la población civil están las fuerzas gubernamentales, que, «con frecuencia, actúan conjuntamente con las milicias janjaweed, incluyendo violaciones de derechos humanos», y los movimientos rebeldes. Esta situación ha provocado también, según el informe, el aumento de las actividades criminales comunes.
Los testigos, víctimas y observadores con los que la misión se reunió, así como los documentos consultados, permitieron concluir que «el asesinato de civiles en Darfur continúa generalizado». De hecho, «la violencia ha aumentado desde finales de 2005 y ha continuado, sin disminuir en 2007».
Esta situación ha provocado, además de la muerte de al menos 200.000 personas, que más de dos millones de personas hayan tenido que abandonar sus casas. Según el informe, sólo en enero de 2007 se produjeron 25.000 desplazamientos internos. Asimismo, unas 233.000 personas están refugiadas en el este de Chad.
El informe alerta de que el conflicto ha salpicado ya a Chad y a la RCA y advierte de que si no se resuelve de manera «justa», llevando «paz y seguridad a los sudaneses de Darfur», la guerra puede «tragarse la región».
Cada día es más difícil hacer llegar la ayuda humanitaria a los civiles, señala la misión, que asegura que «los ataques, los obstáculos y la interferencia por parte del Gobierno y las milicias armadas han aumentado».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer a los estados que cooperen con las decisiones del Consejo de Derechos Humanos (CDH), tras el problema suscitado por el Gobierno de Sudán al impedir recientemente el ingreso en ese país de una misión que debía investigar la situación en Darfur.
El CDH inauguró ayer su primera sesión del año -la cuarta desde que empezó a funcionar en junio de 2006- con la presencia de ministros de más de medio centenar de países, que se sucederán en la tribuna hasta mañana, para luego dar paso a los debates de fondo, que se desarrollarán hasta el 5 de abril.
La crisis de Darfur y la negativa de Jartum a colaborar con la misión de la ONU para evaluar la situación de los derechos humanos en Darfur, al negarles el visado a sus integrantes, será uno de los asuntos más polémicos de esta sesión, cuya inauguración coincidió con la difusión del informe elaborado por esta misión con información recogida en las zonas limítrofes y países vecinos.
El Gobierno sudanés negó la entrada a la misión de la ONU, pero invitó a su secretario general a visitar el país para que «se informe de lo que sucede en Sudán».