Ayer Zubieta recuperó el escenario ideal. Un lunes con una mañana soleada y primaveral y con Kovacevic sonriente en la sala de prensa. La victoria y el estreno del serbio han bastado para que se viva un optimismo ilógico en el entorno del club, a pesar de que sólo un milagro puede evitar el descenso a Segunda.

Porque la gran pena es que lo sucedido el domingo no llegara seis semanas antes, cuando aún había tiempo para reaccionar y Lotina se empeñaba en minar la poca confianza que tenía el serbio al alinear a Skoubo en el derbi. Cualquiera que conozca un poco la química de este vestuario debía tener claro que, toda posibilidad de salir, se basaba en recuperar los goles de Kovacevic, darle confianza y quitarle su ansiedad. Algo que Lotina sólo ha hecho en los últimos partidos al mantenerle en el once, aunque jugara mal y no marcara, y darle confianza y decirle que el siguiente domingo iba a hacerlo.

Es tan evidente lo que significa para sus compañeros ver a Kovacevic sonreír que todos se han esforzado en darle ánimos y celebraron el domingo su gol más que si lo hubieran marcado ellos. Para entenderlo basta con escuchar al último en llegar, Savio, decir que «el gol de Darko es muy positivo para el equipo por el jugador y el goleador que es. Todo el equipo está muy contento por él, ha sido un gol muy bonito, importante y decisivo. Ahora mismo para nosotros es importantísimo tener a Darko inspirado, con motivación, porque es muy, muy importante. Puede decidir un partido con su capacidad de meter goles».

«Ya podía decir Lotina eso antes»

Lástima que Lotina no entendiera eso así y que no haya recurrido antes a un psicólogo para que le dijera que debía tener una actitud más positiva y trasmitir más confianza a los jugadores más importantes. Así, cuando se le pregunto por lo dicho la pasada semana por su técnico, cuando aseguró en público y a él mismo en el vestuario que ante el Mallorca iba a marcar, respondió que «podía decirlo antes, no sé por que no lo decía antes...». Sí debía haberlo dicho antes, pero no es tarde para recuperarle a él y la confianza de la afición en el equipo.

Porque lo vivido el domingo permite que ahora sea posible la continuidad de Kovacevic. Ya quiso perder dinero por venir a la Real y seguro que estará dispuesto a rebajar mucho su ficha por seguir, aunque ayer no quisiera hablar de su futuro porque «ahora sólo quiero pensar en el Villarreal. Primero estos doce partidos y luego veremos».

Kovacevic reconocía que «con 33 años me emocioné como un chaval de veinte años al marcar el primer gol de su carrera. Miras a la gente que celebran el gol como tú y me emocioné y les agradezco a mis compañeros, que querían que rompiera esta racha porque saben cómo soy y cómo sufro. Metí y el equipo ganó. Además era el 2-1 y me emocioné viendo a la gente que siempre me ha apoyado. Es mi primer gol de la temporada después de tanto tiempo sin marcar y que veas que te apoyan... Es un gol para ellos».

Y es que todos han sufrido con la sequía de Kovacevic, pero sobre todo su familia. Preguntado por su hijo Darko, de diez años, dijo que «lloró por lo contento que estaba, como mi mujer. Todos estaban emocionados y contentos sabiendo cómo sufro y cómo sufren ellos».

Optimismo y calidad

El serbio calificaba el próximo como un «partido importantísimo que tenemos que ganar. No hemos ganado ninguno fuera, pero si ganamos ante el Villarreal hay muchas posibilidades de mantenernos en Primera. Hay tiempo y tenemos que ser optimistas y seguir luchando y pensando en sacar esto».

Además, reivindicaba la calidad de un equipo que ahora se destaca con cinco goles en dos partidos: «Tenemos un buen equipo, el problema es que la situación en la que estamos te hace jugar con muchos nervios, nos cuesta mantenernos y nos echamos atrás por el resultado».

En la misma línea Savio, defendía la calidad de la Real: «En otros partidos no marcamos, pero teníamos muchísimas ocasiones. Por eso estos cinco goles en dos partidos son importantes. Esperamos seguir así».