La Compañía de Jesús de la provincia de Loiola, que abarca las diócesis de Bilbo, Durango, Iruñea, Donostia y Tutera, estima que de la notificación que ha emitido el Vaticano sobre los textos escritos por el teólogo vasco Jon Sobrino se desprende que «el compromiso personal de Jon Sobrino y su sólida fe están fuera de toda duda». Además, muestra su satisfacción por que el teólogo no será sancionado por el contenido de sus libros, con el que discrepa la instancia suprema de la Iglesia.

«La nota del Vaticano señala `deficiencias' en la metodología y algunas `imprecisiones y errores' en cuestiones teológicas, pero no habla de sanciones o de prohibición académica o docente», prosigue la nota de los jesuitas en referencia a las dos obras literarias que han sido analizadas y puestas en entredicho por el Vaticano treinta años después de que se publicaran. Los jesuitas entienden, además, que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha valorado «la apreciable preocupación de Jon Sobrino por la suerte de los pobres», por lo que ve también un reconocimiento hacia la tarea del sacerdote residente en El Salvador desde 1957.

Afirman «con certeza» que el padre Sobrino «está tranquilo y dispuesto» después de conocer la decisión del Vaticano, y que «está disponible para continuar profundizando en el diálogo con la Congregación para la Doctrina de la Fe para que se comprendan sus teorías». Y es que a Sobrino se le considera una de las mayores personalidades en relación con la Teología de la Liberación.

Persona «íntegra y auténtica»

Los jesuitas vascos también han querido agradecer tanto a las personas que han mostrado su apoyo al sacerdote vasco como los mensajes de reconocimiento por el compromiso de Sobrino. Un apoyo que, después de darse a conocer la notificación del Vaticano ha vuelto a materializarse, por parte de la ONG Alboan y por el colectivo Cristianos en el Socialismo del PSE de Gipuzkoa.

El organismo promovido por los jesuitas, Alboan, ha destacado «la dedicación de Jon Sobrino a los pobres y a la lucha contra las causas estructurales de la pobreza», y que se trata de una persona «íntegra y auténtica, que muestra una coherencia global entre lo que dice y lo que ha practicado en toda su trayectoria». Como botón de muestra recuerdan que Sobrino habría fallecido con los jesuitas que en 1989 fueron muertos a manos de militares salvadoreños, de no ser porque en esas fechas se encontraba en Tailandia.

Similares adjetivos ha empleado también el portavoz del colectivo Cristianos en el Socialismo del PSE de Gipuzkoa, Fernando San Martín, para describir a Sobrino como «un hombre sabio, honesto, coherente y ejemplar». Y ha arremetido contra la Congregación para la Doctrina de la Fe de Roma al considerar que «las acusaciones del Vaticano de ser peligrosas algunas de las tesis de Sobrino resultan absolutamente injustas».

San Martín expresó ayer su sorpresa por la notificación del Vaticano a Sobrino, una proclama que le ha «dolido» ya que, según explicó, «no entendemos por qué tras más de treinta años desde la publicación de sus libros, ahora no tienen el plácet de Roma». El Colectivo del PSE también ha resaltado la labor y el ejemplo del sacerdote vasco.