La Audiencia Provincial de Nafarroa ha dictado la sentencia por la muerte de dos jóvenes de Valtierra en noviembre de 2002. A los dos principales imputados, Juan Carlos Uruñuela y Francisco Javier Peralta, les impone sendas condenas de 51 y 43 años de cárcel, en concepto de autores materiales de los trágicos hechos ocurridos en unas cuevas de la localidad ribera.

La sentencia absuelve a cinco de los trece procesados, mientras que impone penas de entre uno y seis años de cárcel al resto de los acusados, que fueron juzgados por delitos como «tráfico de drogas», «tenencia ilícita de armas», «robo con violencia», «obstrucción a la justicia» o «encubrimiento».

Los hechos tuvieron lugar a las 21.00 del 27 de noviembre de 2002 en una cueva de Valtierra, donde Sánchez Uruñuela, apodado El Coletas, y Peralta, ambos vecinos de Zaragoza, habían concertado una cita con las víctimas para llevar a cabo una operación de compra-venta de alrededor de cinco kilos de co- caína, según el relato fijado en esta sentencia.

Relato de las muertes

El fallo decreta que El Coletas decidió, tras haberse acordado la transacción de cocaína, apoderarse de la droga sin pagar cantidad alguna, para lo cual «ideó un plan» y «reclutó» a varios jóvenes de su entorno, entre ellos a Peralta.

Indica que tras mantener con ellos una reunión en el barrio de Torrero de Zaragoza, donde Sánchez Uruñuela repartió varias pistolas, concertó una cita con los jóvenes valtierranos. Pablo Castillejo y Luis Pérez, dado que «desconfiaban de los de Zaragoza», solicitaron a dos amigos que les acompañaran.

En la cueva se produjo una discusión por la cantidad de cocaína mostrada. La sentencia dice que tras gritar uno de ellos «¡Todos al suelo!», Peralta se acercó a Castillejo, le puso la pistola «de forma que la boca del cañón le tocaba la cabeza y efectuó un disparo a bocajarro», por lo que murió de forma instantánea. Seguidamente, El Coletas puso unos grilletes en la mano izquierda de Pérez para obligarle a que le llevara al lugar donde estaba el resto de la cocaína. Al no hacerlo, le disparó tres tiros, dos de ellos en el tórax. El joven, pese a ello, logró llegar al bar La Strada y explicar, moribundo, que habían sido «los de Zaragoza».

Tras meses de investigación, en los cuales los procesados se habrían desecho de las armas, trece personas fueron detenidas. Se considera probada la autoría por los testimonios de otros acusados, las alusiones a El Coletas y las llamadas hechas desde su teléfono móvil.