Washington se prepara para otra gran marcha contra la ocupación de Irak
Washington se prepara para acoger mañana otra multitudinaria manifestación contra la ocupación de Irak, cuando se cumple el cuarto aniversario de su invasión. Las protestas se repetirán por todo el mundo como muestra de rechazo a la política imperialista de EEUU y sus aliados. El propio Pentágono señalaba que la situación del Irak ocupado tiene características de «guerra civil", término que fue rechazado por Tony Blair, quien volvió a defender la invasión.
GARA |
La creciente oposición a la ocupación y la guerra en Irak debería movilizar a decenas de miles de manifestantes mañana en Washington con motivo del cuarto aniversario de la invasión, que tuvo lugar el 20 de marzo de 2003. Al menos eso esperan los convocantes de la marcha convocada en la capital estadounidense.
Bill Hackwell, portavoz de ANSWER (Act Now to Stop War and End Racism) manifestó que «notamos un cambio en la población norteamericana, que ahora se opone a la guerra y reflexiona sobre la manera de cambiar las cosas, no sólo expresándose en las elecciones sino con una labor militante» contra la guerra. Estima que este cambio de actitud se debe al «fracaso» de la estrategia de EEUU en Irak, país al que ha conducido «al borde de una guerra civil», pero también a que se destinan 650 millones de dólares al año a esa guerra mientras «hay grandes carencias sociales».
El propio Pentágono empleó ayer el término «guerra civil» para referirse a que la situación del Irak ocupado tiene esas características, cuando indicó que en los últimos meses han aumentado la violencia sectaria y los ataques contra las fuerzas de ocupación y las infraestructuras.
Matización
Sin embargo, matizó que «la expresión `guerra civil' no captura de manera adecuada la complejidad del conflicto de Irak», ya que la Administración Bush se cuida mucho de describir la situación en Irak como de guerra civil porque las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses, si bien respalda una «guerra contra el terrorismo», se opone a que EEUU se involucre se involucre en una guerra entre movimientos o comunidades dentro de un país.
El primer ministro británico, Tony Blair, socio de EEUU en su estrategia contra Irak, consideró una «tragedia» el elevado número de muertos con el que se está saldando la invasión y posterior ocupación del país, pero negó se exista una guerra civil. «No es un país en guerra civil. La mayoría de la población no quiere esta violencia», manifestó antes de subrayar que la decisión de invadir Irak fue «la correcta».
Por otro lado, El Tribunal de Casación de Bagdad confirmó ayer la pena de muerte contra Taha Yasín Ramadán, considerado el «número tres» del régimen de Saddam Hussein, que será ejecutado en la horca.
Además, diez personas fallecieron y 27 resultaron heridas ayer en tres atentados en los barrios Karrada, Yarmuk y Ciudad Sadr, en Bagdad, y fuentes militares informaron de la muerte de dos soldados estadounidenses el miércoles en Al Anbar y cuatro marines ayer en atentado en Bagdad. Asimismo, la Policía iraquí halló diecisiete cadáveres acribillados y con señales de torturas en distintas zonas de la capital.
Más de 650.000 iraquíes muertos, unos 2.000.000 de refugiados y más de 3.500 bajas en las filas de las tropas de ocupación es el balance de la invasión y ocupación de Irak en el cuarto aniversario de la reunión de las Azores.
El Senado de Estados Unidos rechazó ayer el proyecto de ley presentado por los demócratas en el que se solicitaba la retirada de las tropas estadounidenses de Irak para marzo de 2008. Un total de 50 votos contra 48 echaron por tierra la propuesta demócrata que se quedó a doce sufragios -son necesarios 60- de salir adelante.
El rechazo a esta medida, que la Casa Blanca anunció que el miércoles que vetaría en caso de llegar a sus manos, coincidió con la aprobación por parte del Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes de otro plan de los demócratas para retirar las tropas estadounidenses de Irak antes de setiembre de 2008.
La medida allana el camino para una votación en el pleno de la Cámara Baja, prevista inicialmente para la próxima semana.
Los congresistas decidieron mantener, por 37 votos a favor y 27 en contra, una cláusula para forzar la salida de los soldados antes de setiembre del año que viene. La cláusula forma parte de una iniciativa más amplia para aprobar un presupuesto de 124.000 millones de dólares para sufragar las guerras de Afganistán e Irak y otros gastos militares. La medida sobre el presupuesto pasó el escollo del Comité de la Cámara de Representantes con 36 votos a favor y 28 en contra.
