Récord de partidos ganados, final de Copa, primera participación en la Champions League... Osasuna se está acostumbrando en los últimos años a abrir su libro de efemérides con relativa asiduidad. Esta vez con la clasificación, por primera ocasión en su historia, en los cuartos de final de la Copa de la UEFA.

Pero también éso se ha convertido ya en historia. Es lo que tiene el tiempo, que no se detiene y convierte el futuro en pasado en un abrir y cerrar de ojos.

Así que, en apenas doce horas, ese nuevo contacto con la historia rojilla dio ayer paso al futuro inmediato. Nuevo cambio de chip para los navarros, obligados a sustituir las emociones europeas por las necesidades ligueras, merced a un derbi que ya está aquí y que se presenta más intenso que nunca, teniendo en cuenta la situación en que lo afrontan unos y otros.

Los «otros», los rojiblancos, en puestos de descenso y los «unos», los rojillos, peligrosamente cerca. Una situación, en definitiva, que, como lamentaba ayer César Krutxaga, «no es lo suficientemente holgada como para disfrutar como es debido el pase a cuartos, pero es lo que hay», se resignó. El capitán entiende que la resaca siga coleando y que todavía hoy se hable más de Europa que de la Liga, ante un sorteo de cuartos en el que «sólo quedan los mejores», pero insiste en que «tenemos que centrarnos en la Liga, porque para poder volver a estar tranquilos necesitamos un par de victorias cuanto antes, así que el partido del sábado es muy importante».

De ahí que Krutxaga no quiera oir hablar ni de cansancio ni, muchísimo menos aún, de desconcentración de cara al derbi. Para empezar, porque el cansancio «no nos debe pesar, estamos participando todos los jugadores, se está rotando», recordó. Pero, sobre todo, porque se trata de una cuestión «más mental que física. Lo difícil es concentrarse al cien por cien todos los días. Tras eliminar al Girondins -recordó- estabamos todos muy cachondos y quizás pensamos inconscientemente que los partidos ante Espanyol y Celta en casa iban a ser fáciles. Aunque lo de San Mamés es diferente porque estará el campo a reventar, querrán ganarnos y será imposible relajarse», aseguró.

Como el resto de sus compañeros, Pierre Webó hizo suyo el discurso de Krutxaga, primando el derbi de San Mamés sobre los buenos recuerdos, pero teniendo en cuenta su especial significación en el choque del jueves, el camerunés aún quería acordarse ayer de un partido «para grabarlo y enseñarlo a los hijos y nietos y decirles ¡ahí estuve yo!», admitió. Webó, además, se mostró especialmente satisfecho por haber podido devolver a la afición parte del «cariño que me tiene. Este cariño no se compra con dinero -recordó-, es algo muy especial para mí».

Jugadores tocados

Webó, precisamente, fue, junto a Romeo, Javier Flaño y Corrales, uno de los jugadores que no pudo trabajar ayer por diferentes problemas físicos y que deberá pasar hoy una prueba definitiva para ver si puede enfrentarse mañana al Athletic.

Un encuentro para el que ya están descartados los lesionados Valdo, Delporte -hoy se les realizará una resonancia magnética- y Milosevic y que el equipo terminará de preparar hoy en Tajonar a puerta cerrada.