La colectiva que Fernando Illana monta en su galería Trayecto propone un juego de reflexión en torno al sujeto físico y su yo. La subjetividad de los individuos, y por lo tanto de los procesos creativos que éstos llevan a cabo, son preguntas abiertas que plantean las obras de Guillem Bayo, Juan Carlos Meana, Vanessa Pastor, Fernando Sinaga y Nazif Topçuoglu.

La colectiva lleva por título «Incursiones # Excursiones» y es, según apuntó su comisario Illana, parte de un proyecto que tiene por objetivo dar algún tipo de respuesta a la relación entre lo físico y lo síquico. Este mismo proyecto se sumará al trabajo iniciado por Juan Luis Moraza y Carmen Gallano en el seminario sobre arte y sicoanálisis frente a la sociedad contemporánea, celebrado en la Casa Encendida de Madrid.

Independecia o manipulación

¿Por qué quieres ser tú mismo cuando puedes ser muchos a la vez? Es la pregunta que, entre bromas pero invitando a la reflexión, plantea Illana con la muestra colectiva. El individuo y su yo están condicionados por el contexto social en el que viven.

La primera obra que se cuelga en la galería es la de Guillem Bayo. El joven artista, interesado en las interacciones, ironiza sobre los índices de audiencia. La obra es un contador que detecta al visitante que se sitúe delante para contar los segundos que éste pasa observando el objeto. «Me imagino que en un futuro habrá uno de estos medidores en cada museo -subrayó-. Porque parece que interesa y se cuenta más la cantidad de ventas y visitas en ellos que la calidad de las obras que allí se exhiben».

El aragonés Fernando Sinaga, quien siempre se ha interesado por el sujeto, juega en su obra con la percepción de la sombra y el crecimento «en sí» de las cosas.

La dualidad o sincronismo de la persona queda todavía más materializado en las fotografías del turco Nazif Topçuoglu, en las que aparecen adolescentes entrelazados. Otra de las obras es la de la valenciana Vanessa Pastor que escenifica a su yo por medio de una muñeca de trapo que lleva consigo a todas partes.

Por último, el gasteiztarra Juan Carlos Meana juega con el mito del espejo. En sus imágenes los sujetos andan hacia atrás, ya que un espejo en sus ojos es la única referencia que tienen para situarse en el espacio. El día 20 de abril repetirá esta acción en una nueva performance, que llevará a cabo en Gasteiz.