50 aniversario de la integración europea
Una encuesta revela que la confianza de los europeos en la Unión se derrumba
Era algo bien sabido que la Unión Europea, como estructura, es algo alejado de los ciudadanos que dice representar, pero ninguna encuesta lo había reflejado tan claramente como la que ayer publicó el diario «Financial Times". Según ese sondeo, el 44% de los ciudadanos de la Unión cree que vive peor desde que su país ingresó en el club comunitario. La UE es, cada vez más, un «objeto político no identificado".
GARA | BRUSELAS
El 44% de los europeos cree que su vida ha empeorado desde que su país se adhirió a la Unión Europea (UE). Una conclusión demoledora para la idea europea precisamente ahora que se preparan los fastos con motivo del 50 aniversario de la firma de los Tratados de Roma.
Es cierto que se registran grandes variaciones según el Estado miembro de que se trate, pero la media es tan elocuente que, por sí sola, debería bastar para remover los cimientos de esta Unión.
Esas oscilaciones tienen, como no podía ser de otro modo, a Gran Bretaña como clara protagonista en uno de los extremos, ya que en este estado miembro esa percepción negativa se eleva al 52%. Y, en consonancia con otras encuestas similares, es el Estado español (curiosamente el que menos conoce la Unión Europea según todos los estudios) el más favorable, con un 53% que considera que las cosas han mejorado desde la adhesión.
La encuesta fue publicada ayer por el periódico británico «Financial Times» con motivo del 50 aniversario del proceso de integración europea, que se conmemora el 25 de marzo.
Pese a esta visión tan negativa, que el rotativo atribuye a un «sentimiento dominante de pesimismo«, sólo el 22% de los encuestados piensa que su país estaría mejor si abandonara la UE, frente al 40% que afirma que iría a peor.
El 35% de los europeos cree que la Constitución Europea -o, mejor dicho, el Tratado Constitucional-, bloqueada desde el voto contrario de los ciudadanos franceses y holandeses hace dos años, tendría un impacto positivo en su país, frente al 27% que la ven como algo negativo.
El rechazo más importante procede, de lejos, de Gran Bretaña, donde el 48% rechaza ese Tratado Constitucional.
El rasgo que los encuestados más asocian con la UE es el mercado único (31%), pero en segunda posición se sitúa ya la burocracia (20%), que emerge como la característica más importante de Europa en estados como Gran Bretaña (38%) o Alemania (33%). La paz se da ya por segura y sólo la mencionan de manera significativa en el Estado francés (15%) o Alemania (9%), mientras que únicamente un 9% de los europeos piensa en la democracia cuando se habla de la Unión Europea, otro dato ciertamente revelador.
En cuanto a las áreas en las que la UE debería hacer más, los ciudadanos señalan el medio ambiente (72%), la energía (69%), la lucha contra el crimen organizado (67%) y la seguridad (64%). Las políticas que reciben menos apoyo son la política social (58%), la economía (54%) y la política exterior (49%). Un 38% respaldó la idea de un ejército de la UE, frente al 39% que la rechazó.
El rotativo destaca que existe un apoyo mayoritario a los esfuerzos de la canciller alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, para armonizar las reglas financieras y comerciales con Estados Unidos, algo que apoyan los propios norteamericanos (53%). La encuesta pone además de relieve que Gran Bretaña es el país de Europa más influyente (41%), por delante de Alemania (25%) y Estado francés (15%). Finalmente, se señala al antiguo canciller alemán Helmut Kohl como la persona más asociada al desarrollo de la Unión Europea.
La encuesta de FT/Harris se llevó a cabo entre el 28 de febrero y el 12 de marzo entre un total de 6.772 personas mayores de 16 años en Alemania (1.109), Gran Bretaña (1.128), Estado francés (1.088), Estado español (1.000), Italia (1.053) y, curiosamente, también en Estados Unidos (1.394).
Desconfianza
Lo que está absolutamente claro es que el actual modelo comunitario, sus instituciones, políticas y líderes no gozan de la confianza del ciudadano. Y el desconocimiento generalizado de lo que es y significa no implicaría necesariamente un vuelco de esa negativa percepción. De hecho, en los estados miembros donde la UE es más conocido el euroescepticismo es mayor. Y viceversa. En algunos casos, el grado de apoyo tiene que ver, según reflejan encuestas anteriores, con el volumen de dinero recibido de Bruselas por medio de los fondos de cohesión y los fondos estructurales.
Hoy, no es en absoluto descabellado concluir que la idea europea (no ya sólo el entramado comunitario, sino el concepto en sí) está en crisis, una crisis que sigue, curiosamente, a una fase de relativa euforia europea que coincidió con el ingreso de diez nuevos miembros el 1 de mayo de 2004.
Sin embargo, quizás fuese un espejismo. Ese periodo de euforia no sirvió para ratificar un Tratado Constitucional elaborado con más opacidad que transparencia. El futuro parecía tan rosa con la «Constitución» europea que nadie preparó un plan B, y si lo preparó aún no lo ha hecho público.
Esta UE no funciona
Ahora, con el Tratado Constitucional en el congelador, con una Unión a 27 funcionando (es un decir) con los parámetros acordados a cuchillada limpia en Niza, y con una reciente ampliación (a Rumanía y Bulgaria) que no ha ilusionado a nadie, la Unión está en plena travesía del desierto, sin acertar a definir u nrumbo claro y válido para todos. Es posible que éste sea el problema; que ahora mismo hay tantas velocidades en el proceso de integración europea (en la práctica y en las mentes de algunos líderes) que nadie sabe cómo coincidir en un interés común.
De hecho, el resultado final del Consejo Europeo de Niza no contentó a los «grandes», que aceptaron firmar a última hora porque ya sabían que lo iban a reformar enseguida. Pero esa reforma (el Tratado Constitucional) fue derribada en Holanda y en el Estado francés, y, en cualquier caso, tampoco habría pasado la prueba del algodón en Gran Bretaña.
Así que... ¿qué plan tiene hoy la Unión Europea para garantizar su supervivencia?
Nadie lo sabe; de hecho, ni tan siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en una declaración (que llevará el nombre de Declaración de Berlín) que salude y celebre el 50 aniversario de la familia. La Unión a 27, de momento, no funciona, y los ejemplos son clamorosos. Y los ciudadanos lo saben, y recelan del actual modelo.
Lo que está absolutamente claro es que el actual modelo comunitario, sus instituciones, sus políticas y sus líderes, no gozan hoy de la confianza de una mayoría de ciudadanos europeos
Hoy no es en absoluto descabellado concluir que la idea europea (no ya sólo el entramado comunitario, sino el concepto en sí) está en crisis, en contraste con la euforia vivida tras la ampliación a diez nuevos estados en 2004
Con motivo de este cincuenta aniversario, varios organismos u asociaciones europeístas nos han vuelto a regalar otra idea basada, teóricamente, en el debate y la transparencia. Para ello, han organizado en Lille unos denominados Estados Generales de Europa que, una vez más, se han convertido en un foro apto únicamente, o casi, para las elites del proceso de integración europeo. Este hecho no hace sino consolidar, una vez más, la idea de que este modelo es sólo para iniciados. Allí estaban algunos miembros de la actual Comisión Europea, y el sempiterno Jacques Delors, a quien muchos en Bruselas siguen echando de menos.
El propio Delors llamó a lanzar un debate sobre los «objetivos de Europa» para relanzar la construcción europea, y emplazó a centrar el debate no en las fronteras, sino en los valores, algo tan manido que hoy no tiene mucho eco ni ascendencia entre los ciudadanos, muchos de los cuales se limitan a constatar que, por ejemplo, con el euro todo es más caro. Simplista, quizás, pero efectivo, y demoledor para esa famosa «idea» europea.
9%
Sólo un 9% de europeos asocia la idea de Europa con la idea de democracia.
44%
El porcentaje de ciudadanos europeos que creen que viven peor desde que su país ingresó en la UE.
72%
El porcentaje de europeos que considera que la Unión Europea debería hacer mucho más en política medioambiental.
41%
El 41% de europeos opina que el socio de la UE más influyente es Gran Bretaña.
39%
En contra de un ejército europeo.
35%
Porcentaje de ciudadanos europeos que cree que el Tratado Constitucional (rechazado por franceses y holandeses) tendría un impacto positivo en su país.
22%
Un 22% de británicos, españoles, franceses, alemanes e italianos opina que estarían mejor si sus respectivos países salieran de la Unión.
31%
La idea a la que se asocia más la UE es el mercado único, la economía.