Incidente en el Golfo pérsico
Irán captura a 15 soldados británicos en aguas fronterizas con Irak
Quince militares británicos fueron capturados ayer por la fuerza naval iraní en aguas de la desembocadura al Golfo Pérsico de Chatt Al-Arab (Arvand Roud, en persa). Un incidente similar tuvo lugar en 2004 y Londres pidió entonces perdón por su incursión militar en aguas iraníes. Si EEUU y Gran Bretaña acusan a Teherán de intervenir en el ocupado Irak, Irán ha denunciado reiteradamente planes occidentales para generar inestabilidad dentro de sus fronteras.
GARA | BASORA
El Ministerio de Defensa británico confirmó ayer que quince miembros del servicio de la Marina fueron capturados por fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria iraní en aguas del Golfo Pérsico «cuando se disponían a subir a un barco del que sospechaban que se dedicaba al tráfico de automóviles».
Las autoridades de Londres insistieron que las detenciones se produjeron en aguas iraquíes. Sin embargo, Nick Lambert, contraalmirante de la fragata HMS Cornwall, a la que pertenecen los arrestados, reconoció que «los iraníes pueden reclamar igualmente que estaban en aguas iraníes, porque en esta parte del mundo la limitación y definición de las aguas es muy complicada».
Según el Ministerio de Defensa británico, los hechos sucedieron de madrugada cuando «el grupo había completado de forma satisfactoria una inspección de un barco mercante y tanto ellos como sus dos lanchas fueron rodeados y conducidos por barcos iraníes» a una base iraní. Fuentes del Pentágono añadieron que en el momento de producirse el incidente, el contingente británico navegaba en el límite entre las aguas territoriales de Irak e Irán.
El contraalmirante Lambert explicó que perdieron el contacto con el grupo después de que éste realizara el registro del buque de carga. «Teníamos un helicóptero en la zona. Lo que conocemos por él -añadió- es que el grupo regresó a sus embarcaciones y que fue detenido sin demora por un grupo de buques patrulla iraníes dentro de aguas territoriales iraquíes».
Lambert confió en que la detención de los soldados británicos sea un error, textualmente, «un simple malentendido a nivel táctico».
Londres exigió al embajador iraní en Londres, Rasoul Mavahedian, convocado de urgencia por el Ministerio de Exteriores, la liberación de los quince militares detenidos. El Ejecutivo de Teherán, por contra, denunció que las lanchas militares británicas penetraron en aguas iraníes y el Ministerio de Exteriores convocó al encargado de negocios británico, Kate Smith.
El 21 de junio de 2004 ocurrió un incidente similar en el Golfo Pérsico, cuando Irán capturó tres patrulleras británicas que entraron ilegalmente en aguas territoriales iraníes y sus ocho tripulantes permanecieron detenidos durante tres días, hasta que las autoridades iraníes comprobaron que los británicos entraron en sus aguas por error.
Aquellos hechos se produjeron, según la agencia IRNA, después de que Gran Bretaña se uniera a otros miembros clave de la ONU en las acusaciones a Teherán de no ofrecer cooperación plena con la AIEA.
El incidente de ayer coincide con la crisis entre Teherán y Washington por el programa nuclear civil iraní.
Filtraciones a la prensa han asegurado que EEUU podría aproovechar un incidente de estas características para lanzar un ataque contra Irán.
Además, Teherán denuncia planes de las potencias occidentales para llevar a cabo sabotajes dentro de Irán en un intento de provocar la inestabilidad y forzar un cambio de Gobierno.
El diario «Jerusalem Post», citando fuentes diplomáticas, informó ayer de que varias embajadas extranjeras en Teherán están actualizando sus planes de evacuación de urgencia ante la posibilidad de un «ataque occidental o israelí» contra la República Islámica.
Según el rotativo israelí, diplomáticos extranjeros creen que el posible ataque puede producirse antes del fin de 2007. Para entonces, el diario apunta que Irán «podría tener uranio enriquecido como para provocar una catástrofe humanitaria y medioambiental si sus instalaciones nucleares se ven dañadas por la potencial agresión extranjera», que sería, al fin y al cabo, el origen de una respuesta iraní.
Normalmente las embajadas de todos los países tienen planes de evacuación para sus equipos, pero las fuentes diplomáticas consultadas por el «Jerusalem Post» relataron que en Irán el grado de preparación es el más alto. Las mismas fuentes aseguraron que Israel y EEUU intentarán retrasar una ofensiva hasta el último momento, debido a la esperada respuesta de Irán y al deterioro que causaría en la región.