A pesar de que por la clasificación podría entenderse todo lo contrario, Miguel Angel Lotina declaró ayer en rueda de prensa que «llevo 18 años de entrenador, y hasta ahora es éste en el que más satisfecho me siento conmigo mismo. Es el año en que más trabajo estoy haciendo y más le estoy sacando al vestuario. Ya sé que la gente me va a juzgar por el puesto, pero eso es así, lo siento y lo digo».

En este sentido, señaló que «si todo el mundo quiere que siga, no cambio a la Real Sociedad por ningún equipo del mundo. Por ahora todo lo que me llega del vestuario, del Consejo y de la afición es positivo, y si no fuera así no tengo por qué agarrarme a ningún contrato para seguir». Preguntado por si seguiría incluso con el equipo en Segunda, el de Meñaka fue claro y respondió «déjate de leches, que no hemos descendido todavía. Vamos a pensar en Primera. Es más, os juego una cena a todos a que nos mantenemos».

A pesar de seguir últimos, el tono del propio Lotina ha cambiado mucho con respecto a aquel técnico que se limitó a leer una nota en el partido previo al Deportivo. El técnico entiende que Rivas «se pasó un poco» señalando que se van a salvar en un 99% de posibilidades. El entrenador coincidiría con el pivote «si tuviéramos seis puntos más», pero no es el caso. De todos modos lo toma como un indicativo de que «el vestuario cree, está muy convencido». Y en la calle también nota algo más de optimismo, y hasta de atisbos preocupación en otras ciudades.

A pesar de que no pudieron ganar el primer partido lejos de Anoeta, en Villareal jugaron el mejor partido fuera y Lotina entiende que los jugadores se han dado cuenta de eso, y la mayoría además «están en el mejor momento de la temporada. Al vestuario no le da confianza lo que pueda decir yo, sino verse bien sobre el césped, y darse cuenta también de que salga quien salga, caso de Ansotegi y Riesgo en el último encuentro, actuará con garantías. La clave está en que nadie se entrega cuando no juega». Así, el técnico de Meñaka cree que el conjunto se ha unido más ante la crisis, en vez de diluirse, «que es lo que pasa generalmente».