El Parlamento avala la carga policial en la manifestación del 24 de febrero en Bilbo
Representantes de Askatasuna y personas heridas en la carga de la Ertzaintza contra la manifestación del 24 de febrero en Bilbo denunciaron ayer el aval que el Parlamento concedió a este «episodio de violencia policial". PNV, EA, EB y PP apoyaron la propuesta del PSE.
Iker BIZKARGUENAGA |
Sólo el grupo parlamentario Ezker Abertzalea y la representante de Aralar, Aintzane Ezenarro,, votaron en contra de la Proposición no de Ley del PSE, en la que se pedía el apoyo de la Cámara para la Ertzaintza y, concretamente, a la actuación de la Policía autonómica en la manifes-tación que el 24 de febrero pretendía reclamar la autodeterminación y la amnistía en las calles de Bilbo.
Una brutal carga policial que saldó con numerosos heridos -27 personas tuvieron que ser atendidas en diversos hospitales- y cuyas crudas imágenes aún perduran en la retina de las miles de personas que acudieron a la cita. Ayer, los parlamentarios de PNV, EA, EB, PSE y PP dieron su visto bueno a aquella violenta actuación y, además, denunciaron las «amenazas» recibidas por este cuerpo policial.
Quienes pudieron asistir en directo a lo acontencido aquel día no darían crédito a lo que se dijo ayer en el Parlamento. «Cientos de radicales abertzales conviertieron el centro de la ciudad en una batalla campal, destrozando todo lo que se encontraban a su paso», relató el portavoz del grupo proponente, Rodolfo Ares.
El portavoz del PNV, José Antonio Rubalkaba, no le anduvo a la zaga, y describió un escenario que cualquier asistente calificaría de ciencia ficción. Rubalkaba llegó a decir que la Ertzaintza «cargó al aire». El resto, con sus matices, coincidieron en su «incondicional» apoyo a la Policía autonómica.
Eso sucedió por la mañana. Horas más tarde, después de que Ezker Abertzalea pretendiera, en vano, interpelar al le- hendakari, representantes de Askatasuna y personas que resultaron heridas en aquella manifestación, comparecieron en el Parlamento, y denunciaron que «hemos asistido a una justificación de un hecho violento, de un episodio de violencia policial». Julen Larrinaga situó la responsabilidad «policial, institucional y política» de los hechos en Javier Balza, Juan José Ibarretxe y Josu Jon Imaz, y denunció la utilización de la Ertzaintza «en una estrategia política-represiva determinada».
Tras criticar la actuación de la Cámara, que equiparó a la de las instituciones españolas respeto a la Guardia Civil y la Policía española al no investidar sus actuaciones, Larrinaga se refirió al contexto en el que se produjo aquel hecho, y preguntó «qué se buscaba con esa carga».
Una pregunta a la que, según valoró, «responde Josu Jon Imaz todos los días con sus declaraciones». Larrinaga opinó que el presidente del PNV «no quiere un proceso con la izquierda abertzale, no quiere un proceso con la ciudadanía de Euskal Herria, ni siquiera con sus propios votantes. Prefiere un proceso con la Moncloa, entre él y Zapatero, en secreto, a escondidas y a espaldas de este pueblo. No quiere un proceso asentado en condiciones democráticas». A su parecer, el PNV «prefiere hacer sitio a la represión».
Ezker Abertzalea había presentado una interpelación que pretendía formular al lehendakari para que diera explicaciones sobre la carga policial de Bilbo.
Pero, después de asistir al resto de los puntos del pleno, cuando llegó el momento y Nekane Erauskin subió al estrado, Juan José Ibarretxe no estaba en el hemiciclo para responder a las preguntas. Una actitud que la portavoz abertzale criticó duramente, tanto desde el salón de plenos como en la sala de prensa, donde compareció junto a representantes de Askatasuna y algunas personas heridas en aquella actuación policial.
Erauskin acusó al lehendakari de «no haber dado la cara» y de «hacer un desplante a nuestro grupo parlamentario y a toda la sociedad». «Ibarretxe dice que para sacar adelante el proceso es muy importante el diálogo, el hacer aportaciones y el trabajo conjunto, pero hoy no ha sido capaz de dar la cara, cuando es el responsable de este Gobierno y, como tal, el responsable de la Ertzaintza», denunció la parlamentaria independentista. Una de las preguntas de Ezker Abertzalea al lehendakari inquiría si «¿es ésta su propuesta para la pacificación y el diálogo?»
Larrinaga valoró que, en un marco resolutivo, es posible «un ciclo de grandes cambios políticos» en el que «podrían conformarse mayorías políticas diferentes» y la pérdida de ciertas hegemonías. «A eso le tiene pánico el PNV», opinó.