El pasado 23 de marzo el Foro Ermua, Basta Ya y Covite organizaron una concentración ante el Ministerio de Interior, en Madrid, en contra de la absolución de Arnaldo Otegi, que tuvo escaso poder de convocatoria popular pero que sirvió para reunir de nuevo a un nutrido grupo de intelectuales que en su día militaron en la izquierda y que ahora, en lo que a Euskal Herria o la unidad de España se refiere, suscriben las tesis más extremas del Partido Popular. En esa concentración volvió a tomar la palabra, tras un periodo de retiro, el filósofo Fernando Savater y lo hizo para decir cosas como ésta: «Los hipócritas que están tan preocupados por las banderas preconstitucionales que se ven a veces no tienen más que ir a la Korrika que ayer comenzó en el País Vasco y ver las fotografías que se exhiben, los lemas que se exhiben, el monopolio nacionalista del euskera que se revela, etcétera».

La frase no es más que un exponente de la naturalidad con la que, al calor de la llamada «rebelión cívica» contra el Gobierno de Zapatero, determinadas personas aceptan no sólo la presencia de simbología franquista, sino también la compañía de elementos ultraderechistas organizados en los diversos partidos que reivindican para sí el legado auténtico de la Falange y otros como Democracia Nacional.

Estos partidos, evidentemente, están encantados del hueco que van encontrando para aparecer públicamente, y en sus páginas web hacen alarde de las concentraciones en las que, en realidad, ellos ponen la pancarta y otros los manifestantes.

España y Libertad

Pero la presencia ultraderechista no se limita a su exhibición pública sin caretas, también aparece camuflada en otro tipo de asociaciones, que dicen levantar la bandera del civismo, como España y Libertad. Su coordinadora general, Yolanda Couceiro Morín, ha alcanzado cierta notoriedad por su aparición en todo tipo de actos públicos en contra del nacionalismo vasco, del catalán, en contra del Gobierno de Zapatero y hasta del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, contra quien se querelló para tratar de evitar que se pronunciara sobre el caso del ácido bórico.

España y Libertad -en cuya presentación en Bilbo participó el líder del PP, Antonio Basagoiti- dice estar compuesta por 45 entidades y agrupar a 5.000 personas, pero no ofrecen ninguna relación de cuáles son las asociaciones que la componen ni en ninguna de sus concentraciones públicas ha conseguido reunir a más de una decena de manifestantes.

Su coordinadora general, Yolanda Couceiro Morín, nacida en Santurtzi en 1965, es presentada como «militante en diversos movimientos cívicos alternativos, ha sido pionera en el asociacionismo comprometido con la defensa de los derechos de la mujer, en España, Asociación Mujeres y Estudios de Género, y en Argentina, Fundación de Investigaciones Históricas Evita Perón. Ha sido una firme partidaria de la democracia participativa y los movimientos ciudadanos ajenos a los entramadosos de intereses y poder de los grandes partidos. No ha militado nunca en ningún partido político».

Pese a que niega militancia alguna, la revista Kalegorria la identificó en 2002 como tesorera de Falange Vasca. En las elecciones municipales de 2003, fue de número 6 en la candidatura del Frente Español (coalición que agrupaba a falangistas y utraderechistas) en la localidad madrileña de Torrelodones. En los comicios del 2004 se integró en la lista por Barcelona del Frente Democrático Español, también relacionada con la Falange. Su militancia conocida en favor de los derechos de la mujer incluye la participación en campañas antiabortistas.

España y Libertad realiza una intensa labor en los juzgados, lo mismo exige la prohibición de actos abertzales que se querella contra la Xunta acusándola de delito ecológico. ¿Por la actuación del PP cuando lo del «Prestige»? No, por la del PSGa y el BNG en los incendios del pasado verano. Una de sus direcciones coincide con la del diario «Minutodigital», donde recientemente Yolanda Couceiro defendió la militancia falangista de su marido -ex director de la página que ahora lleva ella misma- con argumentos como «¿Acaso somos tontos? ¿Hasta cuándo vamos a soportar que estos progres nos restrieguen nuestro pasado por las narices mientras ellos dan de comer a los terorristas?».

Yolanda Couceiro era una de las personas que, junto a Iñaki Ezquerra o Antonio Aguirre, se paseó el lunes ante el TSJPV insultando a quienes se concentraron para protestar por el procesamiento del lehendakari y de dirigentes de la izquierda abertzale.