Osasuna prosigue la segunda vuelta sin ganar en El Sadar, pero amplió a nueve puntos su ventaja con los puestos de descenso
Un peldaño más para la permanencia
Los rojillos sumaron otro punto para alejarse de los puestos de la quema ante un rival que mostró su gran nivel, pese a que no estar fino frente a Ricardo. El empate fue un resultado acorde a los méritos de ambas escuadras y un paso más hacia la tranquilidad
OSASUNA 0
SEVILLA 0
Natxo MATXIN | IRUÑEA
La afición rojilla sigue sin saborear una victoria en El Sadar en lo que va de segunda vuelta. Dos derrotas y tres empates -curiosamente estos últimos ante aspirantes a ganar la Liga- son el bagaje casero desde principios de febrero.
En cualquier caso, lo que pudiera parecer un traspiés se tornó en algo positivo, dada la entidad del rival, de lo que demos- tró que es capaz, sobre todo en la primera mitad, y de que lospuestos de descenso se distancian todavía más, ahora a nueve puntos de diferencia.
Ninguna de las dos escuadras saltó con intención reservona. Osasuna mantener su excelente estadística con los de Nervión y el Sevilla no podía permitirse el lujo de salir trasquilado de El Sadar, máxime después de que suterna de enemigos en pos del título -Barcelona, Valencia y Real Madrid- hubieran resuelto con solvencia sus respectivos compromisos.
Los rojillos fueron los primeros en llevar peligro a la portería ayer defendida por Cobeño. Y llegó a balón parado, en sendos corners que ni Webó, primero, ni Muñoz, a continuación, aunque en esta ocasión estorbado en el salto por su compañero Miguel Flaño, consiguieron concretar con éxito en los primeros cinco minutos de juego.
El camerunés aún dispuso de otro lance gracias a un tiro defectuoso de Raúl García que no consiguió dominar el ariete africano cuando se encontraba en el punto de penalti.
Pero a partir de ahí fueron los de Juande Ramos quienes pusieron el peligro. Con extrema facilidad y rapidez, Navas y Puerta se hacían con las bandas y sacaban de sus botas sendos disparos que Ricardo desbarataba en el primer caso y Krutxaga rozaba lo suficiente para enviar a corner, en el segundo. Previamente Chevanton había avisado con un par de lanzamientos desviados.
La medular sevillista se hacía con el control del partido al cuarto de hora y el esférico apenas le duraba en los pies a los navarros. Sólo alguna que otra indecisión defensiva visitante -Cobeño estuvo a punto de dar más de un regalo- y un buen control con posterior remate con la zurda de Webó dentro del área fueron los pequeños oasis dentro del dominio sevillista.
Navas, a la media hora, volvía a meter el miedo en el cuerpo del personal con un tiro raso y cruzado, en una de las numerosas contras llevadas por los andaluces con gran maestría.
Menos ritmo en la reanudación
La reanudación no dispuso del mismo ritmo que los primeros cuarenta y cinco minutos. La incesante lluvia fue haciendo más pesado el terreno de juego y los actores lo fueron notando a medida que avanzaban los minutos. Ello repercutió notablemente en el número de ocasiones creadas, apenas una por cada bando y no muy claras..
Ambas se produjeron apenas iniciado este segundo periodo. Navas volvió a colarse por la banda derecho para lanzar otro chut escorado que volvió a salir fuera. Un minuto después un centro chut de Corrales se iba por poco alto. Osasuna parecía encontrarse más cómodo y mejor situado, más aclimatado a las inclemencias meteorológicas y a la pesadez del césped.
Sin embargo, las mejores oportunidades no llegarían hasta el 69, cuando los navarros trenzaron una jugada que acabó con una buena disposición para el disparo desde la frontal del área por parte de Raúl García. Pero el de Zizur Nagusia, pese a golpear duro, lo hizo al centro de la portería, despejando con los puños Cobeño.
Cuatro minutos más tarde fue Juanfran quien pudo abrir el marcador si hubiera llegado en el segundo palo a un saque de esquina botado por David López. Al de Crevillente, que forzó la quinta amarilla para cumplir sanción coincidiendo con la visita al Bernabéu donde no podía jugar por contrato, le faltaron apenas unos centímetros para llegar a la pelota.
A partir de ahí, el choque se fue muriendo poco a poco y lo más destacable fueron las respectivas vueltas de Valdo y Milosevic, recibidos con sendas ovaciones por el público. El primero llevaba sin jugar desde el pasado 20 de enero cuando acabó lesionado en el Vicente Calderón, mientras que el ariete balcánico no lo hacía desde el 4 de marzo, cuando disputó su último partido en El Sardinero.
Tanto José Angel Ziganda como Juande Ramos coincidieron en lo básico a la hora de enjuiciar el encuentro. Así, el técnico de Larraintzar calificó de «justo» el nuevo punto sumado ante el Sevilla, ya que «hay que conformarse con ello, dado que además es positivo por los resultados que han cosechado los equipos situados en la parte baja de la clasificació».
«Como hemos sufrido en carne propia experiencias anteriores con la pérdida de puntos en los últimos minutos y el Sevilla es un gran rival, estaba claro que resultaba un tema bastante complicado conseguir los tres puntos en el día de hoy», ahondó el preparador osasunista.
El técnico rojillo reconoció que sus hombres no habían tenido «opciones muy claras para golear» y que pasaron serios apuros durante los primeros cuarenta y cinco minutos. «En el segundo tiempo se han igualado las fuerzas porque ellos han bajado el ritmo del primer periodo, en el que han robado bastantes balones y salían muy bien hasta con cinco jugadores a la contra. Por eso están en tres competiciones y son lo que son», explicó.
En cuanto al debut liguero de Erize, Ziganda confesó alegrarse por el jugador, para quien «era muy difícil desenvolverse por el ritmo de la primera parte, después ha estado más cómodo y nos viene muy bien que estos chavales aprovechen sus minutos».
De igual modo, Juande Ramos asumió el empate como bueno, ya que «sumar siempre es importante, dado que no hemos aprovechado nuestras ocasiones». «Las defensas se han impuesto a los ataques y lo resbaladizo del terreno de juego ha provocado que se fueran produciendo cada vez más imprecisiones», apuntó.
N.M.