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Un bilbaino pide asilo en canadá tras ser «pescado" cerca de las cataratas del NiágaRa

Un vecino del barrio bilbaino de San Inazio, Aitor Artaraz Moré, se ha convertido en una pequeña celebridad en Canadá después de ser rescatado hace once días de una colchoneta hinchable a 1,5 kilómetros de las famosas cataratas del Niágara. Anteayer, pidió asilo.

Agustín GOIKOETXEA

Los vigilantes de la central hidroeléctrica de Ontario no salían de su asombro cuando el 24 de marzo, alrededor de las 4.30, tras escuchar unos gritos pidiendo auxilio, descubrieron a un hombre encima de una colchoneta hinchable que estaba sobre un bloque de hielo en las proximidades de la entrada del túnel de desagüe de la presa.

Se trataba del natural del barrio bilbaino de San Inazio Aitor Artaraz Moré, de 42 años, quien, según sus propias declaraciones, pasó nueve horas flotando en el río, a 1,5 kilómetros aguas arriba de las famosas cataratas del Niágara, cerca de la frontera con Estados Unidos, hasta que el témpano de hielo que le transportaba se quedó atascado en el acceso a la toma de agua de las túrbinas de la central, próxima a Chippawa.

«Afirmó que iba a tumbarse en el colchón y relajarse y que se quedó dormido, y lo siguiente que supo es que estaba en el río», manifestó Charles Hawkins, portavoz del grupo para la Inmigración y el Refugiado de Canadá (IRBC), el tribunal administrativo independiente más importante de es país. El inspector de Policía John Audibert comentó que pudo verse en aprietos al romperse el bloque de hielo que le transportaba. Tras el rescate por parte de los bomberos y una corta estancia en el hospital para tratarle de una leve hipotermia, fue arrestado bajo la acusación de mentir acerca de los motivos de su viaje.

Artaraz, que llegó el 22 de marzo por vía aérea a Montreal procedente de París, explicó a las autoridades migratorias canadienses que deseaba comprar material de construcción para su empresa, aunque éstas creen que quería entrar a través del río a Estados Unidos para ver a sus dos hijas, que residen con su ex esposa en Virginia. «Es un hombre muy afortunado por no haber resultado herido en su aventura», le dijo Ken Thomson, presidente del tribunal que tiene que determinar su situación.

«He pasado la mitad de mi vida profesional en Niagara Falls, uno de los mayores puestos fronterizos entre Canadá y EEUU. Cada semana veo mucha gente que intenta entrar ilegalmente en Estado Unidos», confesó Thomson a este vecino de San Inazio, vestido con un mono naranja de preso y acompañado de un traductor, al que la Agencia de Servicios Fronterizos quiere deportar al Estado español. Aitor Artaraz pidió el pasado lunes asilo y la vista se verá en un mes, tiempo en el que permanecerá detenido «al existir riesgo de huída».

Expulsado en dos ocasiones de EEUU

El protagonista de esta peripecia, una más en sus 42 años de intensa vida, fue expulsado en julio de 2000 y marzo de 2002 de EEUU, donde vivía y donde residen actualmente sus dos hijas y su ex esposa. Este deustuarra, que residió durante años en el caserío familiar en las faldas del monte Banderas, fue deportado hace siete años «por entrada ilegal en 1995» con su pareja. Dos años después, según las autoridades estadounidenses, fue nuevamente expulsado cuando el avión que viajaba de Honduras a Madrid hizo escala en Miami.

Tras solicitar información a EEUU, los responsables de migración canadienses han conocido que Aitor Artaraz Moré declaró en 2002 que había sido condenado en el Estado español a dos años de prisión por robo a mano armada, algo que él negó durante la vista del lunes pasado. «Los funcionarios estadounidenses han mentido», subrayó al presidente del tribunal. El vecino de San Inazio no explicó a éste cuáles son las razones por las que quería pedir refugio en Canadá. Kem Thomson expresó dudas sobre la sinceridad de la petición de asilo, un proceso que podría llevar varios años.

«Tuvo oportunidad de pedir refugio cuando llegó a Montreal o cuando fue rescatado o durante la primera vista -que se celebró el pasado 27 de marzo-. Sólo lo ha hecho ahora. Usted está absolutamente desesperado para poder entrar en Estados Unidos hasta el punto de poner su vida y la de sus rescatadores en riesgo», le contestó Thomson.

Aitor Artaraz fue muy popular en Bilbo en la década de los 70, al ser acusado de robos de vehículos y de fugas de la Policía; incluso de haber sustraido el coche del obispo o una ambulancia cuando tenía 12 años.

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