El presidente de EEUU, George W. Bush, alertó ayer de que serán las tropas estadounidenses las que paguen el precio de las reticencias del Congreso a aprobar, sin condiciones, el proyecto de ley de gastos suplementarios para la ocupación en Irak. Los congresistas están «más interesados en las batallas políticas en Wa-shington que en proporcionar a nuestras tropas lo que necesitan», señaló.

Bush reiteró su disposición a vetar las propuestas de los congresistas demócratas que, según advirtió, dificultarán la misión de los soldados estadounidenses sobre el terreno y harán que muchos otros tengan que ir a Irak antes de lo previsto.

«Es inaceptable para mí y creo que para los estadounidenses», indicó el presidente antes de reiterar su llamamiento al Congreso para que le envíe la ley de gastos suplementarios para las operaciones en Irak y Afganis- tán, a la vuelta de su descanso por las vacaciones.

La principal responsabilidad del Congreso, dijo, es «dar a nuestras tropas el equipo y la formación que necesitan para combatir a nuestros enemigos y proteger a nuestra nación, y ahora no la está asumiendo».

Si los congresistas no modifican su postura, «el precio lo pagarán nuestras tropas y sus familias», insistió.

Pelosi, en Siria

Bush realizó estas declaraciones coincidiendo con la gira que la presidenta del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, está realizando por Oriente Próximo y cuya escala en Siria han sido calificada de «muy mala idea» por la Casa Blanca.

Ayer llegó Pelosi a Damasco, donde fue recibida por el ministro de Exteriores sirio, Walid al Moallem. Hoy tiene previsto entrevistarse con el presidente, Bashar al Assad, y otras autoridades. Su encuentro con Al Assad representa un reto a la política de Bush de marginar a Siria en cualquier búsqueda de soluciones en los númerosos conflictos de la región.