GARA > Idatzia > Gaurkoa

Manuel F. Trillo Profesor

Horror y vuelta atrás, por decir Unidad/Batasuna

Manuel F. Trillo, profesor de Derecho en Andalucía, critica las medidas ilegalizadoras puestas en marcha contra ASB, ya que, en su opinión, los estatutos de este partido cumplen con todos los requisitos de la «impresentable y antidemocrática Ley de Partidos".

Hace días un grupo de ciudadanos vascos presentaron los estatutos de un nuevo partido político cuyo nombre responde en euskara a las siglas ASB y que en castellano significan «Unidad de los socialistas patriotas». En ese idioma que desconozco -el euskara- a mi pesar, pues me pierdo la literatura y la poesía y las letras de las canciones de los autores vascos, Unidad sólo se puede decir como Batasuna. Y ahora resulta que decir Batasuna es un delito, que decir unidad es un delito condenado por el Tribunal Supremo (TS). La sala 61 se reunirá y mirará con lupa los estatutos de ese partido nuevo, investigará a sus tres promotoras, y volverá a mirar con lupa el nombre que lo identifica, y observará que se dice «Unidad», es decir «Batasuna». Por ello no le permitirán el registro en el Ministerio del Interior, lugar en que hay registrados partidos racistas y con un pasado violento y criminal como la Falange Española y otros que no menciono para no hacer propaganda.

Si eso resulta así tengo para mí que el Gobierno ha perdido el sentido de la política, que desea complacer a la ultraderecha española, y que decide tirar por la calle del horror. Horror que se materializará en crímenes, en violencias, en espantos, en dolor y en muerte. No puedo asumir tanto desprecio a la vida por parte de los contendientes. No puedo entender que los que se proclaman «demócratas» se dejen chantajear por los bastardos que han impedido una solución negociada en el País Vasco. Dicho está que en 1989 y en 1998, y en 2006, hubo, y hay, quienes se pusieron demasiado nerviosos en los aparatos del Estado ante la inminente paz en Euskal Herria, pues perderían sus pluses y bagatelas, y a la derecha no le quedarían argumentos para combatir o resistir y perdurar.

Digámoslo claramente: ¿cuál es el proyecto político de la derecha española? ¿Alguien puede intuirlo? En materia económica -cuando gobernaron- siguieron los presupuestos de Solbes, y Rato fue su mejor defensor; en materia laboral apostaron por el dictado a través del Decreto Ley declarado inconstitucional; en materia social, limpian una acera y dejan la otra sucia. Limpian la suya claro está. En política exterior se suman sumisos a los dictados del emperador -el PSOE lo hizo en 1986 y ahora participando en misiones imperiales: Afganistán, Haití, Líbano...- de un modo bárbaro, invadiendo un país soberano como Irak. No hace falta decir cuáles son las diferencias entre un PP y un PSOE, a la vista están -por cierto tengo amigos homosexuales que están encantados porque no se tienen que esconder detrás de un biombo, y también una amiga que lleva 15 años cuidando a su madre paralítica y también está encantada con lo que pueda suponer la ley de dependencia...-, pero respecto al País Vasco es como si alguien les tuviera -perdón por la expresión- «cogidos por los huevos».

Vamos al asunto jurídico legal. Batasuna (Unidad) es ilegalizada por el TS como consecuencia de una Ley de Partidos que los socios del PSOE en la actualidad no han votado, y que sí lo han hecho el PSOE-PP (la derecha extrema). Se declara ilegal una organización con una ley ad hoc, con lo que el legislador se ha prostituido por mor de las presiones de los lobbys de Madrid. A partir de ese momento, el TS no puede hacer más que aplicar la norma legal. La Ley de Partidos es una ley injusta, pues vulnera el art. 14 de la CE, además de otros. ¿Dónde están los 50 diputados que planteen un recurso de inconstitucionalidad? (que dejen de ladrar y que hagan su trabajo). Han pasado tres años y tiempo han tenido para forzar al Gobierno de Zapatero para derogar la ley en cuestión. No lo han hecho. ¿A qué esperan? Y si no lo hacen es que están de acuerdo o se someten a los intereses económicos de ser partidos legales y recibir prebendas (ahí están ERC, PNV, CIU, IU, NB, ChA...). Batasuna (Unidad) no interesa en las instituciones por una sola razón: el reparto de la tarta electoral. Se diría que «uno menos, más para mí».

De todos modos, ése ya no es el problema. Los estatutos cumplen con todos los requisitos de esa impresentable y antidemocrática Ley de Partidos (pongo un ejemplo: si tres colegas fundaran un partido que se llamara Unidad de Socialistas Patriotas en Andalucía, con el mismo texto presentado en el Ministerio del Interior, ¿estarían camino de la Sala 61? Permitidme que os diga: No. Y aun así, en su texto se someten y se humillan, y además, dicho reiteradas veces por los dirigentes más destacados en actos públicos y solemnemente, que «la independencia no se consigue con violencia», sino por vías democráticas, ¿a qué esperan Rubalcaba y Conde Pumpido? (aquí Zapatero pinta poco). Sólo desde la inconsciencia y la mala fe, desde la estulticia y la ramplonería, desde la necedad política se puede rechazar que la izquierda patriota vasca pueda tener un lugar en las instituciones.

El futuro inmediato. La sala 61 del TS se reunirá, y dictará que no es posible registrar ASB. Los argumentos serán de lo más pedestre, y en los medios de comunicación se dirá que no condenan la violencia, que no condenan las violaciones de mujeres, que no condenan los intereses usurarios, que no condenan la especulación urbanística, que no condenan el sectarismo católico, que no condenan los contratos basura, que no condenan las agresiones machistas, que no condenan la pederastia, que no condenan el fraude, que no condenan... todos y cada unos de los tipos recogidos en el Código Penal. Pero he mirado por encima los estatutos del PP, del PSOE, del PCE-IU, CiU, PNV, ChA..., y ninguno condena nada. ¿Irán también a la sala 61? Ya está bien de engañar bobos, de mentir, de falsear la realidad. Por eso se siente asco cuando se ve a Zapatero, Rajoy, Llamazares y Frutos (que en este asunto nada les distingue), Durán, Imaz... abrir su boca para decir: «tienen que condenar la violencia». Cierto, también Felipe González debe condenarla, y como no pinta nada, que lo haga Zapatero en su nombre y que pida perdón por los asesinatos de Estado; el PP de Martín Villa, condenado éste en su ejercicio de ministro del Interior por atentado contra Antonio Cubillo en Argel; Fraga, del PP, por tantos crímenes que no le caben en una ristra de ataúdes... y Aznar y sus compinches, por su complicidad en los asesinatos producidos en Irak y en Madrid. Todos deben condenar la violencia, las muertes producidas, pero callan, y en sus estatutos nada dicen de condenar ningún tipo de violencia.

Dirigido a la Sala 61 del Tribunal Supremo: leídos los estatutos tendréis que convenir que si en lugar de proceder del País Vasco procediera de Andalucía no tendríais reparo alguno en su legalización; que ampararse en que alguien ha pertenecido a una organización ilegal es un subterfugio que contenta al 87% de los analfabetos funcionales de este país, pero que vosotros mismos sabéis que es una triquiñuela para contentar a los dinosaurios del Estado, pues si fuera así deberíais ilegalizar ERC. Que fijarse en un sustantivo y darle la cara y la carga al mismo es propio, no de magistrados, sino de trapicheros del Derecho, pues es sabido que no hay otro modo de decir Unidad en vasco más que diciendo Batasuna. Vuestra es la responsabilidad, y bien es sabido por vosotros que rebus sic stantibus rige tanto en el Derecho civil como en el penal, como en el electoral, por no decir más, rige incluso cuando pretendéis ligar y echar un buen polvo. Es lo que en Derecho conocemos como «experiencia de vida» y vuestras magistraturas están para ajustar la Justicia, no para envenenar aún más el gallinero de los políticos mediocres.

Dirigido a quien corresponda en el Norte: por más irritado que se esté no debe cometerse el error de jugar la partida de la ultraderecha española, que está esperando como agua de mayo, de mayo, repito, de mayo, una ocasión de oro como consecuencia de una catástrofe irreparable. El sentido político, y el sentido de la política, conduce necesariamente a que se tengan bien tensadas las cuerdas para que no desafine en esa sonata que es el proyecto de autodeterminación de los pueblos en España. Ese camino es largo, y no se llega a él por atajos.

© inSurGente.org

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo