La escultura de Xabier Santxotena y la pintura de Tere Lafragua, juntas en el Museo de Artziniega
El Museo Etnográfico de Artziniega muestra hasta el 29 de abril una exposición doble con las esculturas en madera y acero de Xabier Santxotena y las pinturas de su compañera Tere Lafragua.
Joseba VIVANCO | ARTZINIEGA
Hace tiempo que el escultor navarro Xabier Santxotena estrechó lazos con la villa alavesa de Artziniega. Tanto que allí instaló su taller de trabajo -a 200 kilómetros de su casa-museo de Arizkun-, de manera que cuando la oportunidad se presenta no duda en colaborar con el Museo Etnográfico de la localidad. Esta vez lo hace por partida doble y es que, además de exponer algunas de sus propias obras, su compañera Tere Lafragua se estrena ante sus convecinos con una colección de pinturas. «La cultura del arte une», responde a la cuestión del día a día de esta pareja de artistas.
Madera y acero. Son las herramientas que Santxotena trae esta vez a Artziniega. En la primera, encontramos dos cabezas de sus «promujeres», piezas de entre 250-300 kilos de peso, aunque lejos de sus «prohombres» de hasta 1.500 kilos. A ellas se suman sus homenajes en madera al aizkolari y la txalaparta. «El primer escultor del país es el aizkolari», afirma, de ahí esa salutación en forma de dos troncos que dan el sentido del corte vertical y corte horizontal. La representativa de la txalaparta «es el homenaje al recorrido de su sonido, la concavidad entre los valles de esa música».
Otra pieza presente es el «Tablón de la memoria», un monolito con 450 señales de maestros canteros. «En las construcciones templarias del románico tardío en el Camino de Santiago, los maestros canteros dejaban sus huellas, su signo de identidad, de los que he recopilado unos 450». Respecto a su muestra en acero, Santxotena trae a este museo los dieciséis modelos de las piezas que se colocaron el año pasado en el parque Santxotena, cuyos originales miden de 6 a 8 metros de altura.
Junto a las esculturas de Santxotena se expone la pintura de Tere Lafragua, que ha decidido probar sensaciones en el mundo de la cultura. Casi una treintena de cuadros dentro de una pintura semiabstracta, semifigurativa, donde no falta el collage, muy cromatista, y donde se atreve con paisajes, desnudos y simbolismos.