Consciente de que el nuevo partido ASB queda tocado de muerte por las demandas de ilegalización presentadas ayer, la iz- quierda abertzale no perdió tiempo y a media tarde de ayer anunció su decisión de «conformar agrupaciones electorales» para concurrir a la cita con las urnas. Así lo reveló Pernando Barrena, que explicó que las plataformas tendrán como denominación común «nuestras dos señas de identidad». Junto al nombre de la localidad se incluirán pues los conceptos «abertzale» y «sozialista».

El procedimiento resulta evidentemente más engorroso, toda vez que obliga a recoger cerca de 30.000 firmas en ayuntamientos y notarías. Pero con él queda ratificada la «firme determinación» de la izquierda abertzale de estar en las elecciones. Barrena explicó que han tomado esta decisión en la coyuntura de «gravedad absoluta» creada por la reacción del Gobierno de Zapatero ante la inscripción de ASB en el registro.

Barrena introdujo una reflexión al respecto: «Pretenden la asfixia de la izquierda abertzale para conseguir una posición ventajosa y para hacer luego un sucedáneo de proceso, sin contenidos. Pero no lo van a conseguir, no les vamos a dejar», aseveró en una comparecencia en la que estaban también Arnaldo Otegi, Marije Fullaondo, Joana Regeiro, Joseba Permach y Maite Díaz de Heredia.

«Actúan como Paisley»

La actuación del Ejecutivo del PSOE ha provocado en la izquierda abertzale un malestar y una preocupación que quedaba en evidencia en los rostros de los comparecientes. Arnaldo Otegi añadió que «prácticamente la totalidad de los partidos se han situado en el `bloque del no'», opuesto a «la actitud constructiva y de dar pasos de la izquierda abertzale, desde Anoeta hasta la inscripción en el registro». Equiparó la posición de ese grupo con la del líder unionista Ian Paisley en el proceso irlandés: «Es la posición del poner condiciones, del no hacer nada, del decir que todo está mal... Le dicen que no a la oportunidad».

Otegi consideró que la única explicación posible es el temor de todos ellos a un nuevo escenario, «bien porque sus proyectos son débiles, o porque no tienen proyecto o porque no los pueden decir». Y criticó especialmente el intento de «querer cambiar la posición del adversario antes de emprender un proceso. Es como si nosotros pretendiéramos un PSOE independentista...», ironizó.

Tras este diagnóstico crítico, pero en tono tranquilo, Arnaldo Otegi volvió a hacer un llamamiento a la responsabilidad, sustentado en un motivo: «Todos sabemos lo que nos ha costado construir esta oportunidad, y la oportunidad sólo se aprovechará si todos nos comprometemos al mismo nivel».

Posteriormente, Pernando Barrena abundaría en esta idea: «No tienen ninguna posibilidad de hacer un sucedáneo de proceso -aseguró-. Pero no porque lo diga la izquierda abertzale, sino porque lo dice la mayoría de ciudadanos de este país, que quiere aprovechar este momento para alcanzar un esquema de solución del conflicto en base a contenidos políticos».

Un periodista se interesó por la opinión de Otegi sobre las tajantes palabras de José Blanco, número dos del PSOE, afirmando que la izquierda abertzale no estará en las elecciones. El mahaikide respondió sin muchas ganas: «Esa es su aportación al proceso de soluciones en este país». Y tildó de «insulto a la inteligencia» las cuestiones de forma esgrimidas por los enviados del Gobierno en el Supremo.

El 1% del censo

El anuncio de la izquierda abertzale de impulsar estas agrupaciones no deparó reacciones especiales entre los partidos po- líticos, al contrario de lo que ocurriera la tarde en que se conoció la inscripción de ASB en el Ministerio del Interior. Desde el PSOE, el secretario general de su grupo en el Congreso, Julio Villarrubia, se limitó a indicar que «la Ley de Partidos está ahí» y «los tribunales decidirán».

La noticia se traslada ahora a ayuntamientos y notarías, donde en las próximas horas comenzarán a recogerse las firmas necesarias para poder conformar estas agrupaciones de electores abertzales y socialistas. Es lo mismo que tuvieron que hacer AuB y las plataformas municipales hace ahora cuatro años. Quienes lo deseen deberán estampar dos firmas: una para las municipales y otra para las forales correspondientes a su herrialde.

En este segundo caso, se requiere el apoyo del 1% del censo de la circunscripción correspondiente (cada herrialde se divide en varias de ellas). En cuanto a los ayuntamientos, el porcentaje es variable. En los menores de 5.000 habitantes se exige el 1% del censo. En los que tienen entre 5.001 y 10.000, sólo 100 firmas. En los que oscilan entre esta cifra y los 50.000 vecinos se precisarán 500. Los que acrediten entre 50.001 y 150.000 obligan a recoger 1.500. Los que tienen entre 150.001 y 300.000 (Donostia, Bilbo e Iruñea) harán necesarios 3.000 apoyos. Y para Bilbo se precisará la mayor cifra: 5.000. En total, cerca de 300.000 firmas para la doble convocatoria electoral.

Para poder firmar en apoyo a estas agrupaciones se requiere únicamente ser mayor de 18 años, estar censado en la localidad correspondiente e identificarse con el DNI o pasaporte. Se trata de un trámite cumplimentado con rapidez en los lugares establecidos al efecto, que se darán a conocer próximamente.