Ucrania se halla sumergida en una nueva crisis política debido a la pugna por el poder entre el presidente de la República, el pro occidental Viktor Yuschenko, y el primer ministro, el pro ruso Viktor Yanukovich. Si el lunes, Yuschenko anunciaba que disolvía el Parlamento tras denunciar que Yanukovich estaba maniobrando para lograr una mayoría en la Cámara, el primer ministro respondía ayer amenazando la posibilidad de convocar elecciones presidenciales.

Yuschenko ha fijado ya el 27 de mayo como fecha para la celebración de las elecciones legislativas, pero los parlamentarios de la mayoría afín a Yanukovich se reunieron ayer en la Cámara desafiando el decreto presidencial de disolución.

Yanukovich declaró ante sus partidarios que «la única manera de reparar el error fatal cometido por el presidente es esperar la decisión del Tribunal Constitucional sobre la disolución del Parlamento».

«Hasta que no exista una decisión judicial, el Parlamento y el Gobierno deben seguir trabajando normalmente», añadió Yanukovich, que considera inconstitucional la decisión de Yuschenko.

Mientras Yanukovich intervenía en el Parlamento, miles de partidarios del primer ministro procedentes de todas las regiones de Ucrania se concentraron ante la Cámara. Esta imagen recordaba, aunque en menor escala, a las vividas en Kiev en 2004, cuando los partidarios de Yuschenko protagonizaron la llamada «revolución naranja», que llevó al poder a los pro occidentales.

«Si el presidente no anula su decreto de disolución nos veremos abocados no sólo a unas elecciones legislativas sino también a unas presidenciales», señaló Yanukovich a la agencia rusa Interfax.

Esta nueva crisis en Ucrania ha provocado la preocupación en medios diplomáticos internacionales. Así, EEUU hizo un llamamiento a la calma, mientras que Rusia expresó su inquietud y abogó por un entendimiento entre pro rusos y pro occidentales.

En esta misma línea, la UE también llamó a la moderación y a «encontrar una solución pacífica» a las dos facciones ucranianas. La Presidencia alemana de la UE emitió un comunicado en el que insta a «todas las fuerzas políticas implicadas a solucionar sus diferencias de política interior».

Christiane Hohmann, portavoz de la comisaria europea de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, por su parte, recordó «la importancia de la estabilidad política para poder continuar con el proceso de reformas».

La UE es el principal sostén financiero de Ucrania desde la disolución de la URSS. Recientemente, la Comisión ha anunciado un aumento de sus ayudas hasta los 123 millones de euros por año durante el periodo 2007-2010 frente a los 70 millones anuales que concedía hasta ahora.

Los presidentes polaco, Lech Kaczynski, y estonio, Toomas Hendrik Ilves, sin embargo, mostraron su adhesión incondicional a Yuschenko, «ya que deseamos que Ucrania sea un verdadero miembro del club occidental».

Los medios rusos, mientras, mostraban su temor a las consecuencias de la nueva crisis ucraniana. Así, el diario »Vremia Novosti» destacaba que «la situa- ción puede escapar del control en cualquier momento».

Frente al Parlamento

La principal imagen que ayer se difundió desde Kiev fue la del campamento que levantaron frente al Parlamento los miembros del Partido de las Regiones, el partido de Yanukovich, y del Partido Socialista, aliado del primer ministro en este pulso.

De este modo, los partidarios de Yanukovich han adoptado la misma estrategia que emplearon los seguidores de Yuschenko durante la «revolución naranja» de 2004.

Aparentemente, los partidarios de Yanukovich tienen previsto permanecer largo tiempo frente al Parlamento ucraniano, ya que, según reconoció, Volodimir Popov, uno de los organizadores de la protesta, están realizando turnos de dos o tres días para mantener vivo el campamento.

Frente a ello, nada más conocerse el decreto presidencial de disolución, cerca de 200 seguidores naranjas celebraron la decisión y recibieron con aplausos a Julia Timoshenko, anteriormente aliada de Yuschenko pero que actualmente está apartada de los círculos de poder, quien aplaudió la decisión del presidente.

Por otra parte, la diputada pro rusa Raisa Bogatireva reclamó al Consejo de Europa que envíe una delegación a Ucrania para que medie en este nuevo conflicto político.