La ONU pide mantener las fronteras abiertas para ayudar a los iraquíes
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer a los países vecinos de Irak que mantengan abiertas sus fronteras para ayudar a los miles de iraquíes que cada día abandonan su tierra debido a la violencia. Organizaciones humanitarias calculan que 50.000 iraquíes abandonan el país cada mes. Desde el inicio de la ocupación, dos millones han salido de Irak y 1,9 millones más se han desplazado por el interior.
GARA |
Ban Ki-Moon se dirigió ayer por videoconferencia a los asistentes a la reunión internacional, organizada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), para ayudar a los refugiados y desplazados iraquíes, que finaliza hoy en Ginebra, para pedir a los países vecinos que «compartan el peso» de esta situación, lo que, según subrayó, se hace «manteniendo las fronteras abiertas». Para otros países, señaló Ban, compartir la carga humanitaria significa «seguir dándoles asilo y otras formas de protección».
A la conferencia asisten 450 representantes gubernamentales de 60 países que buscan una solución para los casi cuatro millones de iraquíes que se han visto obligados a abandonar sus ciudades o su país debido a la violencia entre comunidades.
Desde la invasión de Irak por parte de tropas internacionales lideradas por EEUU y Gran Bretaña en marzo de 2003 y los posteriores enfrentamientos intercomunitarios, dos millones de iraquíes han abandonado su país para instalarse en Siria, jordania, Egipto, Irán, Líbano y Turquía, entre otros. La violencia entre comunidades ha hecho, además, que 1,9 millones de iraquíes más se hayan desplazado en el interior.
La mayor parte de los iraquíes han elegido Siria y Jordania como destino. En Siria se han instalado 1.200.000 iraquíes, y en Jordania, 750.000, lo que a su vez ha ocasionado una situación extrema para la población y para la precaria recepción de servicios sanitarios, empleo o educación, entre otros.
El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, pidió a la comunidad internacional que muestre de manera «urgente y significativa» su solidaridad con los millones de iraquíes que han abandonado su país o sus hogares por la violencia o la inseguridad.
«Las necesidades de los iraquíes y los desafíos a los que se enfrentan los países que les acogen requieren de una expresión urgente y significativa de la comunidad internacional y de una acción eficaz para repartir esa carga», dijo Guterres, quien pidió «apoyo financiero, económico y técnico, pero también que reinstalen a los más vulnerables». Señaló como «igualmente preocupante» la situación de los palestinos en Irak, que han sido «objetivo de esa violencia, con 600 víctimas hasta hoy y más de 15.000 personas sin capacidad de abandonar ese país».
Agregó que en 2006, los iraquíes fueron quienes realizaron más peticiones de asilo en los países industrializados y cada mes, según datos del ACNUR, unos 50.000 habitantes de ese país lo abandonan.
Crisis humanitaria
«La población civil iraquí se enfrenta a una de las situaciones más violentas y complejas que hay en el mundo», indicó, por su parte, el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes, quien incidió en que ello conduce, a su vez, a una crisis humanitaria de enormes proporciones.
Recalcó que debido al escaso acceso a servicios y empleo, así como por la destrucción industrial del país, «hay ocho millones de iraquíes que necesitan de forma urgente asistencia humanitaria, y de ellos cuatro millones son desplazados». Denunció que la violencia ha reducido la capacidad de las organizaciones humanitarias para llevar asistencia a la población, que necesita alimentos, agua y sanidad, refugio y educación.
Holmes propuso un plan estratégico encaminado a reforzar la asistencia humanitaria, buscar maneras de operar en medio de la inseguridad, recolectar datos, emprender una campaña internacional en favor de la acción humanitaria, promover la asunción de responsabilidades y revisar el mecanismo de coordinación de la ayuda.
Antonio Guterres subrayó que es «el desplazamiento más importante que ha conocido Oriente Medio desde los trágicos acontecimiento de 1948. Un iraquí de cada ocho se ha visto obligado a dejar su hogar».
El aumento de desplazados agrava la situación sanitaria en Irak, según la OMS. El 80% de los iraquíes carece de sanidad; el 70%, de agua potable, y sólo el 60% consigue alimentos del sistema de distribución público.
El grupo insurgente iraquí «Estado Islámico de Irak» aseguró ayer haber matado a los 21 agentes de Policía y miembros del Ejército que permanecían secuestrados en algún lugar de la provincia de Diyala desde el sábado. El grupo anunció la «ejecución» de sus rehenes en una página web utilizada habitualmente por esta organización, vinculada con la red de Al Qaeda.
Los captores habían secuestrado a los agentes en Bahazar, cerca de Baquba, y exigían la liberación de todas las mujeres presas en Irak como contrapartida para liberar a sus rehenes, dando al Gobierno un plazo de 48 horas.
Además, ayer al menos cuatro personas murieron y otras ocho resultaron heridas en sendos atentados con un camión y un coche-bomba al norte de Bagdad, según informaron fuentes de los cuerpos de seguridad. Asimismo, la Policía iraquí encontró los cuerpos de cinco personas sin identificar en el río Tigris. Por otra parte, el Ejército estadounidense informó de la muerte de cinco de sus soldados en diferentes ataques en varios lugares del país, en los que resultaron heridos seis más.