El Kremlin asegura que Putin no se presentará a un tercer mandato
El Kremlin realizó ayer el hasta la fecha más contundente desmentido a quienes auguran que su actual inquilino, Vladimir Putin, se presentará a una tercera reelección. Nada se lo impediría, con una oposición domesticada y unas protestas pro-occidentales «marginales".
GARA |
El presidente ruso, Vladimir Putin, no se presentará a un tercer mandato consecutivo a través de una reforma constitucional, aseguró el portavoz adjunto de la Presidencia, Dimitri Peskov.
Tras insistir en que «serán elecciones democráticas», el portavoz oficial matizó, eso sí, que «el político más popular del país tiene, por supuesto, el derecho de aconsejar el voto».
Mientras Putin deshoja la margarita sobre quién será su delfín, los continuos ruegos de responsables políticos para que se presente salvando la prohibición de la Constitución de la Federación rusa invitan a no descartar de ninguna manera la posibilidad de que el «nuevo zar» se presente finalmente.
Cierto es que el Kremlin no había sido hasta ahora tan categórico en su rechazo de esta eventualidad. «El presidente ha insistido en que no puede permitir la menor modificación de la Constitución aunque sea para mantenerse en sus funciones con un mandato complementario», aseguró Peskov, quien remarcó la importancia de la estabilidad. «Y estabilidad significa en gran medida la inmutabilidad de la Constitución», añadió.
Candidatos a la sucesión
Sobre los candidatos a suceder a Putin -los favoritos son los viceprimeros ministros Sergei Ivanov y Dimitri Medvedev, aunque no se descarta un tercer tapado-, Peskov señaló que lo importante «es asegurar la continuidad de la orientación general actual». Todo «atado y bien atado» por un presidente, Putin, al que las encuestas menos proclives al Kremlin reconocen que sube en popularidad y alcanza ya un 60% largo de apoyos.
Sorprende, con semejantes apoyos, la contundencia policial contra las recientes manifestaciones «opositoras», que se han saldado con cientos de detenidos. Más cuando el propio Kremlin las calificó ayer de «marginales».
Que unos escasos cientos de personas se reunan en ciudades populosas como Moscú y San Petersburgo da la razón a quienes, desde Rusia, acusan a Occidente de sobredimensionamiento de estos fenómenos.
Se da por hecho que el Kremlin quiere zanjar cualquier amago, por fantasmal que fuera, de «revolución de colores». Pero su excesiva fijación los podría alimentar el victimismo de estos grupos. Quizás por ello el Gobierno reconoció ayer «posible exceso de celo policial».
El Kremlin calificó de «marginales» las poco concurridas marchas de la oposición del pasado fin de semana. Reconoció a su vez un «posible exceso de celo» de la Policía, que detuvo a cientos de personas.