A pesar de que los análisis que se realizan sobre las nuevas generaciones que practican el alpinismo no son del todo halagüeños, en nuestros alrededores, por lo menos, hay un rincón que quiere mostrarse contrario a la dirección señalada. Cantera, en su sentido más general, quizá no haya, pero algunos brotes han salido con fuerza, muchísima motivación y ganas de darle al sentido más auténtico del alpinismo.

Una de esas excepciones es el Equipo de Jóvenes Alpinistas de la FEDME. La nueva promoción lleva más de un año de tecnificación y los resultados son muy buenos. El último nos lleva a la concentración que llevaron a cabo en los Pirineos entre el 11 y 18 de marzo. En general, los integrantes del grupo y sus supervisores realizaron algunas ascensiones interesantes, pero, sobre todo, destacan dos aperturas de mixto duro en el Pic du Campane y en el Pico Occidental de la Cascada. Aperturas, una de ellas sobre todo, con buena dosis de alpinismo de buen nivel, exigente y comprometido.

La historia de esa semana comienza con la quinta marcha metida. Para abrir boca, uno de los técnicos colaboradores, Mikel Zabalza, se adentra junto al «aprendiz» Manuel Córdova en la llamativa cara norte de la Pala de Ip. El objetivo propuesto: la vía Ursi. Por delante, 700 metros de recorrido y tramos de mixto de gran dificultad y compromiso. Y es que ambos alpinistas se encontraron con muy poco hielo. Así, tuvieron que superar alguna sección de M7.

Justo el mismo día, llega uno de los frutos más esperados: la apertura de una nueva vía en el Pic du Campane. Cercano a la estación de esquí de Tourmalet (vertiente de Baréges), el director de los chavales, Simón Elías, se lleva a Sidarta Gallego a terminar el proyecto pendiente que tenían en esa montaña. Tras cuatro horas de escalada, el dúo firma tres largos de mixto a proteger. Así pues, pasaron de las perforaciones para escalar la Supergoulotte de Campagne (ED+). Un primer largo de M8, otro de M6 y un tercero de M4 para 180 metros de nueva vía semideportiva, y decimos eso último ya que se encuentra muy cerca de la estación de esquí.

Todavía más duro

Tras esta primera, llega otra apertura todavía más dura, elegante y alejada. Esta vez, Elías forma cordada con Córdova y Javi Bueno. A diferencia de la primera firma, el trío decide alejarse de la civilización, y centra su objetivo en un escenario realmente vertiginoso: el Pico Occidental de la Cascada. A casi 1.500 metros sobre el valle de Gavarnie, la cordada comienza a escalar con las primeras luces del alba. Por delante, terreno nunca antes pisado, en una pared de gran dificultad, alejada de la masa de alpinistas, pero cada vez más visitada por la elite.

La nueva línea a la que han llamado L'equipe, l'equipe tiene 700 metros de recorrido y dos partes bien diferenciadas. Comienza con una sucesión de goulottes encajonadas y estéticas pero sin demasiada dificultad. En la segunda parte, en cambio, son los tramos mixto los que mandan. Tiradas largas, difíciles, expuestas y de compromiso. De nuevo, las perforaciones no cuentan en esta apertura, en la que sólo han quedado dos clavos emplazados. En términos de letras y cifras, ahí va la propuesta: M7 en mixto, 6b+ en roca y 5+ en hielo. Los alpinistas necesitaron nueve horas de escalada para firmar L'equipe, l'equipe. En pocas palabras, pirineísmo de dificultad en una zona alejada y exigente.

Dos nuevas aperturas para este grupo liderado por Elías, con L'equipe, l'equipe como la joya de las actividades que realizaron durante una semana. Visto lo visto, la reivindicación de un pirineísmo de dificultad, compromiso y exposición sigue vigente.