GARA > Idatzia > Euskal Herria

CRÓNICA DÍA DE SAN PRUDENCIO

«Lo que se celebra en Armentia es San Comiendo y San Bebiendo"

 

Maider EIZMENDI

¿A dónde? ¿A la festividad de San Prudencio? ¿ Y cómo celebran el día? En Euskal Herria somos muy de fiestas y no es fácil conocerse al dedillo todas y cada una de ellas. Por fortuna, siempre hay alguien dispuesto a echarte una mano. «Pues San Prudencio es el patrón de Araba y muchos y muchas alavesas lo celebran en la Campas de Armentia. Además, en este día es costumbre comer caracoles y setas». Pues bien, con esos datos y con numerosas indicaciones para hallar a la primera la citada zona se puso una camino a las campas ayer por la mañana.

Lo cierto es que una vez había llegado al centro de Gasteiz, los numerosos grupos de personas que se dirigían a la fiesta se convirtieron en los mejores indicadores para hallar el lugar.

Hacia las once de la mañana los alrededores estaban ya repletos de vehículos y los conductores se tuvieron que armar de paciencia para localizar un hueco en el que dejar el coche, si bien los que optaron por acudir más tarde tuvieron aún más problemas.

A esa hora se celebró en la basílica de Armentia la misa en honor al patrón, al que acudieron las autoridades. Al término de la celebración, los dantzaris brindaron el tradicional Aurresku de Honor. Posteriormente, el escenario situado para la ocasión acogió la actuación del grupo Araba Dantzarien Biltzarra y el grupo de danzas de Armentia. Por otro lado, los amantes del deporte tuvieron ocasión de disfrutar con la exhibición de herri kirolak en la se pudo contemplar el trabajo de aizkolaris y harrijasotzailes.

Mientras tanto, la estatua en honor al patrón, que al igual que todos los años por estas fechas se encontraba repleta de flores, fue otro de los puntos de interés.

Prudencio, un vecino de Gasteiz que aguardaba a que su esposa llegara con un pincho de chorizo y un baso de vino, contaba haber acudido en muchas ocasiones a Armentia por el día del santo, pero matizaba que a las campas se acerca «todos los días dando un paseo». Más que por devoción al santo, Prudencio se había acercado, como la mayoría, a pasar un buen día. Se reía al decir que el patrón de la fiesta que se celebra en Armentia más que San Prudencio es «San Bebiendo y San Comiendo» y no le faltaba razón, porque de hecho a partir del mediodía se podían contar fácilmente aquellas personas que no llevaban en la mano algo de comer o de beber. Sin embargo, lo que escaseaban eran los caracoles, que según le habían dicho a una tenían tanta tradición.

Elaboración costosa

El de Santiago Fernández era uno de los únicos puestos en los que se podía adquirir una ración de este típico plato. No cabe duda de que su elaboración es costosa y así lo manifestaba este hombre. «Los caracoles que estamos sirviendo hoy aquí fueron recogidos aproximadamente hace un mes y medio», recordaba. Además, el proceso de limpiado de los caracoles también es muy laborioso, puesto que «hay que tenerlos en agua y sal hasta que expulsen todos los mocos». En cuanto al secreto para cocinarlos, aseguró emplear los ingredientes típicos, es decir, el tomate, el jamón, el chorizo y un poquito de guindilla.

Si alguno que otro se hubiera animado a realizar esta suculenta receta en casa, cerca del de Fernández se hallaba un puesto en el que vendían una bolsa de caracoles a 12 euros.

Pero más que por los caracoles, las personas que se acercaron a las campas se decantaron por un buen talo. De chorizo, de morcilla, de tocino... cualquiera que fuera el ingrediente que lo acompañara el talo fue una vez más el «aperitivo rey» de la fiesta y muestra de ello era la multitud de gente que se agolpaba frente a los puestos de venta de esta «exquisitez».

Sartenes en venta

Una vez saciado el apetito, la gente aprovechó para dar una vuelta por los numerosos puestos de venta, en los que se ofertaba ropa, embutidos, quesos... Hasta sartenes se podían adquirir ayer en Armentia. No obstante, los productos estrella fueron una vez más los dulces. Como si de la fiesta de San Blas se tratase, numerosos puestos de venta de rosquillas se agolparon en la zona. Engracia Burón se encontraba al frente de uno de ellos. «Soy vallisoletana, pero casi me siento alavesa, porque llevo 50 años viniendo a Gasteiz a vender rosquillas», relató. Aseguró que año tras año aumenta el número de personas que se acercan a Armentia a celebrar el día de patrón de Araba. «Pero compran menos», se lamentaba la vendedora, que también criticaba que cada vez tienen que pagar más por instalar su puesto. Engracia atendía a sus clientes, pero no dejaba de mirar de reojo el encapotado cielo por si el «santo meón» -tal y como se le conoce popularmente a San Prudencio por el hecho de que en su festividad habitualmente llueve- hiciese de la suyas.

Tras pasar una buena mañana, muchos optaron por regresar a casa, tal y como lo hizo Itziar Etxebarrieta. La de ayer era la tercera edición en la que esta joven de Gasteiz celebraba San Prudencio en Armentia. «Antes, como salíamos la víspera de San Prudencio, no solía venir aquí, pero ahora con la niña, como no podemos celebrar la víspera, pues celebramos el día en las campas».

No todos son de la misma opinión y hay a quien, además de disfrutar la noche, le gusta disfrutar del día, ya que tras dormir una poquitas horas alguno que otro se unió a la fiesta coincidiendo con la hora de comer.

La mayoría de la gente que se sentó en las campas no degustó un gran menú, y tuvo que conformarse con algún que otro bocadillo, si bien algunos comieron como en casa.

Por la tarde, unos y otros disfrutaron con la verbena que se celebró de la mano del grupo Tximeletak. Al anochecer las campas retomaron la tranquilidad habitual, ya que la fiesta se desplazó nuevamente al centro de la ciudad.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo