La cúpula del Ejército turco lanzó el viernes una dura advertencia, tras la primera ronda electoral para la presidencia del país, en la que defendió a ultranza el secularismo en Turquía. El Gobierno de Ankara calificó de «antidemocrático» el comunicado de los militares, que fue considerado como un ultimátum al Ejecutivo del partido Justicia y Desarrollo.

Las Fuerzas Armadas subrayaron que son «un vehemente defensor del secularismo», en alusión a la candidatura a la Jefatura del Estado del actual ministro de Exteriores, el islamista Abdulah Gül.

La advertencia fue divulgada en la web del Ejército a última hora de la noche del viernes, sólo horas después de que Gül sucumbiera en una primera votación en el Parlamento como candidato único para salir elegido presidente del país.

En su comunicado, el Ejército turco señala haber estado «vigilando la situación con preocupación. No hay que olvidar -añade- que las Fuerzas Armadas turcas constituyen uno de los pilares (implicados) en este debate para defender de forma absoluta el secularismo» en Turquía. Además, advierte de que en caso «necesario», el Ejército, tradicional «garante» del sistema laico en el país otomano, «mostrará su postura y acciones de forma muy clara» y agrega que «nadie debe dudar de eso».

Los militares turcos tienen una larga tradición golpista con cuatro intervenciones en los últimos cincuenta años, en 1960, 1971, 1980, y 1997. La última, llamada «golpe de Estado postmoderno», derrocó al primer ministro, Necmettin Erbakan, al frente de una coalición gubernamental islamista.

«No es aceptable»

Cemil Cicek, ministro de Justicia y portavoz del Gobierno, leyó ayer un comunicado con el posicionamiento del gobierno, en el que se subrayaba que «todos los problemas del país se solucionarán dentro de las reglas de la ley y la democracia. Es evidente -añadió-, vistas las experiencias del pasado, que la búsqueda de soluciones por otros medios ha dañado gravemente al país».

Afirmó que el comunicado del Ejército «no es aceptable en ningún régimen democrático». Según incidió el Ejecutivo islamista de Recep Tayyip Erdogan, «es impensable que una institución del Ejército, sometida al primer ministro, emita un comunicado contra el Gobierno sobre ningún asunto. Según nuestra Constitución, el jefe del Estado Mayor es responsable ante el primer ministro».

En lo que pareció un intento de aliviar tensiones, el portavoz del Gobierno reveló que Erdogan mantuvo una «útil y fructífera» conversación telefónica con el jefe del Estado Mayor, el general Yasar Buyukanit, aunque no reveló su contenido.

«Examen»

La Unión Europea, por su parte, consideró que la elección del presidente turco será «un examen» sobre el respeto por parte del Ejército a la democracia.

El comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, señaló que «éste es claramente un examen sobre si las Fuerzas Armadas turcas respetan la secularización democrática y los valores democráticos». Aseveró que «es importante que el Ejército deje la defensa de la democracia al Gobierno democráticamente electo».