La epopeya baskonista llega a su penúltimo capítulo
Sin bajas ni problemas de última hora, los gasteiztarras confían en sus posibilidades para dar la sorpresa ante el favorito Panathinaikos, en el que finalmente sí jugará el ala-pívot Tsartsaris
Jon ORMAZABAL | ATENAS
La epopeya baskonista -subgénero épico que consiste en la narración extensa de acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno a la figura de un héroe que representa sus virtudes de más estima- alcanzará está tarde en el OAKA su, esperemos, penúltimo capítulo, donde tratará de superar el obstáculo más complicado de los que se le han presentado en la presente edición de la Euroliga. Superar a Panathinaikos en su cancha, se antoja complicado, muy complicado, pero aprovechando que la vía griega lleva abierta varios años para el equipo gasteiztarra y que superar a CSKA en su casa era, cuando menos tan complicado como esto, los de Boza Maljkovic afrontan el reto con plena confianza en las posibilidades de una plantilla capacitada para estas empresas.
Equilibrado el miedo escénico de Moscú y la cierta suficiencia con la que quizá se acudió a Praga tras haber dado la campanada en el propio OAKA, el equipo gasteiztarra afronta su principal reto del año con el equilibrio suficiente para escribir una página más de su brillante historial, concediendo el papel de favorito y la responsabilidad al potente equipo de Obradovic.
Al contrario de lo sucedido en ediciones anteriores, el TAU Baskonia afronta esta cita con toda la plantilla al completo y después de preparar específicamente este partido en las últimas semanas. Los jugadores trasmitieron la sensación de que Maljkovic tiene un plan preparado con el que confían hacer saltar la banca.
En el lado ateniense, existía la duda de si finalmente podría jugar Tsartsaris, que en los últimos días había padecido un lumbago que lo había hecho ser duda para el partido. Finalmente, el ala-pívot griego se ejercitó con total normalidad con el resto de sus compañeros y será otro obstáculo a superar en la dura prueba que le espera al Baskonia en el infierno griego. Un pabellón en el que el más de un millar de aficionados llegados de Euskal Herria seguro que también se hará notar.
Impartiendo su habitual magisterio y con el aplomo de quien ya lo ha demostrado todo, Bozidar Maljkovic compareció en la rueda de prensa previa a los partidos de la Final Four. Antes de centrarse en la competición, su alocución derivó en el regreso del de Otacec a la Euroliga.
«Estoy muy contento de volver a la Final Four después de tantos años. Aunque quizás todas las estrellas europeas no estén presentes aquí, ya que muchos de ellos están en la NBA, la competición está siendo cada año mejor. Cada vez es un torneo más consistente, muy sano y, personalmente, estoy realmente contento de estar aquí por séptima vez».
«Siempre suelo decir antes de cualquier Final Four, que lo que deseo de mi equipo es el juego que practica en la cancha. Todo el mundo quiere ganar, está claro, pero lograrlo depende de los entrenadores, y más aún de los jugadores», dijo el técnico serbio.
Antes de continuar, el veterano técnico tuvo palabras de agradecimiento a sus «pupilos» Dusko Ivanovic y Velimir Perasovic.
«Estoy muy orgulloso de lo que hicieron en Tau mis ex jugadores Ivanovic y Perasovic», dijo.
La traca final, el sello personalísimo, se lo guardó para el último tramo, donde, además de ensalzar la competición continental, soltó una pequeña puya para aquellos que, sin formarse del todo, prueban fortuna allende los mares.
«Si comparamos la Euroliga en los diez últimos años, es cada vez más difícil ser entrenador o jugador. En mi opinión, los favoritos para ganar esta Final Four vienen de los que compiten en los campeonatos más fuertes; sea la Liga ACB, o la liga rusa, pero, como dije, cada vez es más duro jugar la Euroliga. Es un juego más rico, más interesante y más intenso, de gran responsabilidad. Algunos jugadores prueban en la NBA sin tener una buena carrera en Europa, pero ése es un problema que la NBA y los jugadores deben resolver. En mi caso, si debo elegir entre la NBA y la Euroliga, prefiero la Euroliga».
El entrenador de Panathinaikos, conjunto anfitrión de la edición 2007 de la Final Four, tuvo que lidiar en su declaración previa con el fantasma de la eliminación de la temporada pasada cuando, contra absolutamente todos los pronósticos, Tau Baskonia logró tumbar a PAO en su propia cancha de OAKA.
«Desde luego, no hay ninguna atmósfera de revancha por lo que nos sucedió ante Tau Baskonia la temporada pasada, de ninguna manera. Tau Baskonia tiene a jugadores nuevos y un nuevo entrenador también. Yo, por mi parte, tengo a seis jugadores nuevos con respecto al año pasado. No tiene, por lo tanto, nada que ver con la eliminatoria del año pasado», dijo rotundamente.
Por otro lado, se mostró más convencional a la hora de darle a la Euroliga la importancia que merece.
«He sido cuestionado muchísimas veces sobre la presión de ser el local. Pero, la verdad es que estoy muy contento porque somos parte de esta Final Four de Atenas. Estamos muy felices de tener la oportunidad de jugar en esta gran ciudad, Atenas, que es la nuestra. Creo que mi equipo está preparado para jugar un buen baloncesto. Creo que lo importante es ver buenos partidos y creo que el público podrá divertirse con con unos encuentros verdaderamente grandes».
«Hay quien opina que ya no hay estrellas en Europa, ya que deciden marcharse a la NBA. Pero la cuestión es que sí las tenemos. Los pases que Pepe Sánchez dio ante Barcelona en la eliminatoria de cuartos de final sólo los puede dar una estrella; Theo Papaloukas ha probado más de una vez que es una estrella; Alvertis lleva 17 temporadas en Panathinaikos y para ello hace falta ser una estrella. También es muy difícil poder ver en ningún lado a alguien del talento como el de Zoran Planinic. La Euroliga es una excelente competición. Lo creo de veras», dijo el entrenador serbio.
Sobre su equipo, Obradovic dijo que «estoy convencido de que lucharemos para ganar. He hablado con mis jugadores y les he dicho que Panathinaikos tiene la obligación de, al menos en los últimos 15 años, de estar en la cima de cada competición en el que toma parte, no sólo en los partidos, sino más aún. Quisiera ver a mis jugadores practicar un buen baloncesto y que nuestros seguidores estén contentos con nosotros. Así ha sido, además, durante toda la campaña», acabó.
Panathinaikos y Baskonia se han enfrentado 11 veces desde su primer enfrentamiento en 1999. Los griegos vencieron en los primeros cinco enfrentamientos y los gasteiztarras debieron esperar seis años para ganar su primer partido. Eso sí, los vascos han ganado cuatro de los últimos seis partidos, incluyendo los dos últimos.
Las casas de apuesta de internet parecen tener bastante claro que la final la disputarán Panathinaikos y CSKA Moscú. Por contra, Unicaja es el equipo con menos opciones según los apostantes. Según B.win, si los vascos lograran el título el próximo domingo, se pagarían 5 euros por cada uno apostado, mientras que la victoria malagueña cotiza a 29. El triunfo de Panathinaikos está valorado en 2 a 1, mientras que el del CSKA, vigente campeón, lo está en 2.50.
La pantalla gigante que el Ayuntamiento de Gasteiz tenía previsto colocar en la Plaza Nueva para que los aficionados pudieran ver la retransmisión de los partidos del Baskonia se instalará definitivamente en el pabellón de Zurbano, debido al anuncio de lluvias para esta tarde. Habrá servicio de autobuses desde las 19.25 horas.
Aunque la verdadera fiesta del baloncesto comenzará hoy, desde ayer se empezó a notar la afluencia de aficionados en la capital griega y, pese al bochorno que hace, las bufandas de los cuatro equipos participantes se mezclaron ayer por los rincones más históricos atenienses. Ayer llegaron unos 600 aficionados baskonistas en los tres aviones fletados por el club -los más madrugadores tuvieron más de una hora de retraso- y hoy llegarán los últimos, con las maletas llenas de ilusión.
