Durante el día de ayer, votantes en Escocia y Gales eligieron a los representantes para sus gobiernos autonómicos y locales, mientras que el electorado inglés votaba a sus representantes locales.

En Escocia se elegían 129 diputados al Parlamento escocés de Edimburgo En Escocia, como en Gales, los electores pueden votar dos veces, a un candidato en su distrito electoral y a un partido en las listas regionales. En Escocia se eligen también los concejales para los treinta y dos gobierno locales utilizando por primera vez la metodología de listas abiertas, que permite al votante seleccionar a sus candidatos preferidos en orden de preferencia e independientemente del partido al que representen.

El hasta ahora primer ministro escocés, Jack McConnell, votó poco después de la apertura de los colegios electorales en Wishaw, Lanarkshire, mientras que el candidato que las encuestas apuntan tomará su lugar como jefe del Ejecutivo de Edimburgo, el líder del Partido Nacionalista Escocés, Alex Salmond, votaba en Strichen, en el noreste de Escocia.

Esta era la primera vez en que se utilizaan maquinas para el recuento de votos, aunque la geografía de Escocia también obliga al uso de métodos más tradicionales, como el del recuento manual. Es por esta misma distribución geográfica que a los universales colegios electorales se han unido bares, una oficina de correos e incluso un domicilio privado para albergar las urnas que permitieron el voto en las zonas más remotas de las famosas Highlands.

Hasta los lugares más remotos

Así, los votantes de Glenfinnan votaron en el bar La Casa del Principe, otros en un domicilio privado en Opinan, mientras que en Galnacra se votaba en una caravana y en la isla de Skye en una oficina de correos. Las urnas viajaron en bote desde Inverie, Knoydart, Eigg, Raasay y Skye hasta los centros de recuento, mientras que en Argyll y Bute se usó un helicóptero para recoger las urnas de los lugares más remotos.

A pesar del recuento electrónico, las listas abiertas y la transferencia de votos en las elecciones al Parlamento Escocés presagiaban que el recuento se alargara más que en pasadas ocasiones.

Las elecciones escocesas, y en particular el debate sobre el derecho de autodeterminación de los escoceses, han despertado un interés inusitado alrededor del mundo, como atestigua la presencia de hasta periodistas procedentes de treinta países -incluyendo Afganistán, Sudán, Malawi, Palestina, Nepal y Arabia Saudí-, así como un grupo de observadores internacionales que controlarán el nuevo sistema de recuento electrónico.

También se desplazaron al país delegaciones de expertos en elecciones desde Canadá y el Estado español.

El interés despertado por las elecciones municipales en Inglaterra es, sin embargo, de un carácter muy distinto, ya que los resultados de esta votación augurarán el futuro político británico. Todo indica que los laboristas se enfrentarán a importantes pérdidas a nivel local, lo cual enturbiará aún más el legado del actual primer ministro, Tony Blair, a su partido. Aunque a nivel internacional, el éxito del proceso de paz irlandés equilibrará los errores en política exterior, como la participación en la guerra de Irak y Afganistán, a nivel nacional, los errores y lo que se percibe como la arrogancia de la administración de Blair ha hecho retroceder al partido en la estima del electorado en todos los ámbitos.

Así pues, los laboristas podrían perder hasta quinientos concejales e las trescientas doce municipalidades inglesas. Muchos de los casi treinta y ocho millones de votantes han optado por el voto por correo para la elección de un total de 10.500 concejales. El recuento se inició al cierre de los colegios electorales, pero casi la mitad de las autoridades locales han retrasado el recuento hasta el día de hoy, con lo cual hasta el mediodía no se sabrá si se ha materializado la pronosticada debacle laborista.

Igualmente, en Gales, donde los colegios también abrieron a las siete d la mañana y cerraron a las diez de la noche, la noticia es la esperada caída del voto laborista, con lo que el partido en el gobierno se vería obligado a pactar con los nacionalistas de Plaid Cymru para mantenerse en el poder. Los votantes pudieron elegir entre quinientos candidatos a aquellos que ocuparán los sesenta escaños del parlamento de Gales.

La anécdota en Gales es que ochenta y dos votantes de Gower tuvieron que votar por segunda vez al detectarse un error en las papeletas.