Una interrupción durante una entrevista resulta molesta. Pero si el que lo hace es Aíto García Reneses, que llama para dar ánimos a Fisac, la anécdota merece ser comentada.

¿Qué tal se siente ahora?

Sigo teniendo algo dentro, no sé muy bien explicar el qué. Es cierto que uno se va a costumbrando a lo que ha acontecido, pero reconozco que tengo una sensación diferente, extraña.

Sobre todo se trata de una sensación de impotencia, ya que lo que más me duele es no haber podido pelear con las mismas condiciones de los demás. Con lo competitivos que hemos sido, hubiese querido tener a dos hombres como Smith y Fede, que no hemos tenido en la segunda vuelta.

Los expertos han declarado que Bruesa GBC ha realizado un buen juego teniendo la peor plantilla. ¿Qué opina?

Nosotros perdimos cierta identidad. Pero sigo creyendo en el baloncesto que hago, dando mucha intensidad defensiva, donde el equipo prima sobre la actuación individual.

En pretemporada me gusta preparar las defensas que voy a practicar a lo largo del año e ir modificando según las rotaciones. Creo que hubiésemos tenido buenos resultados de no haber tenido inconvenientes.

¿De qué inconvenientes habla?

Los grandes inconvenientes son, para mí, extradeportivos: no haber fichado un americano cuando se lesionó Smith o no tener a toda la plantilla. Cuando no era uno era otro, y Smith y Fede de forma constante, cuando eran nuestros aleros titulares.

¿Pudiera ser que los defectos de Bruesa GBC estuvieran más fuera que dentro de la cancha?

Ten en cuenta que en tres años hemos pasado de LEB2 a ACB. Claro que quedan cosas por hacer. Tengo la sensación de que el progreso ha sido muy rápido y hemos cometido errores.

¿No será que el club se dio cuenta de que estaba en la ACB después de haber empezado la liga?

Lo que pasa es que el club se va encontrando con sorpresas desde el momento que asciende. Luego, cuando las instituciones nos apoyan, más tarde Illunbe como cancha oficial, y lleno, aunque no pudiéramos entrenar sino en el Gasca... estas cosas nos han ido condicionando. Y luego debíamos acostumbrarnos a una competición en la que éramos nuevos, y tuvimos que pagar un royalti por ello.

Pese a todo, hemos sido competitivos y el club ha seguido creciendo. Hemos dado un paso para atrás, sí, pero en tres años hemos logrado crear una ilusión en Gipuzkoa.

¿Han perdido la batalla entre la ilusión y la realidad?

Veíamos que, con nuestras fuerzas, no llegábamos y nos hemos autopresionado. Creo que las cabezas de este equipo han sentido mucho peso, y ha faltado liberarnos más y disfrutar.

Sin un director deportivo, ¿ha debido abarcar demasiado?

He tenido gran ayuda de Germán Cea. Simplemente, el club lo ha intentado y, por lo que sea, no se ha podido, y había que apechugar con ello.

¿Que me dice de Devin Davis?

Cuando en el club buscábamos una figura con años de experiencia, creíamos que nos iba a dar esa solvencia. Y los informes nos dijeron lo maravilloso que era, pero no nos dijeron la mochila que traía consigo. Esto se convirtió en que no hubiera sintonía y ese fue el primer lastre. Pero lo superamos bien, porque Fede asumió ese liderazgo. Fue después que no lo superamos.

¿La baja de Kammerichs es clave?

Hacía muchas cosas: él asumía el rol de líder, le tapaba en defensa a Bradley y generaba cosas para la gente en ataque, sin necesidad de anotar. Fede ha estado a su mejor categoría a nivel mundial. Ha faltado que alguien asumiera el liderato tras su baja.

Usted dijo haber relajado la defensa en el último tramo. ¿No se relajó también el juego colectivo?

Cuando fichas a alguien a mitad de liga, es que algo tienen detrás. Así, sabía que debía cambiar algo la filosofía y debía pasar unos meses duros, porque lo que hacía no era aquello en lo que creía. Era una adaptación de las condiciones de equipo.

El sinsabor es que, tras esta variación, me refuerza en que mis ideas estaban más claras. Es decir, sale Fede y entra Mula, con Michael y Ordín. Jugando a la vez en defensa piensas `que me pillen confesado'. En ataque, podíamos dar más libertad, que se convirtió en la individualización de los movimientos.

¿Le ha defraudado alguno?

Defraudado no... Mira, no creo que merezca entrenar en la ACB, porque no lo he demostrado.

Y la plantilla, igual. Pienso que había jugadores que podían dar más y se han relajado. Algunos deben volver a la LEB y demostrar. Ya puedes ser buena gente, pero el mundo profesional son resultados.

¿Cuál es, ahora, su futuro?

No lo sé. He renunciado a dos cosas de LEB, y tengo una sensación agridulce. Tengo la sensación de que me falta algo, pero no por no seguir aquí. Puede pasar de todo, porque preciso un descanso, pero disfruto haciendo esto más que nunca.

¿Y cómo ve los play off de la ACB?

Gana Tau Baskonia, o Real Madrid. Por la hostia que se llevaron en la Final Four; así se aprende, pero ¡ojo con la Penya!