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ELECCIONES EN EUSKAL HERRIA

«Las ilegalizaciones son una injusticia, pero también tienen que hacer autocrítica»

Patxi ZABALETA

Cabeza de lista de NafarroaBai al parlamento

Ramón SOLA | IRUÑEA

Hay dos elementos novedosos en la primera parte de esta campaña electoral en Nafarroa: la ilegalización y la encuesta del CIS. ¿El escenario no es ahora más incierto para un cambio de gobierno?

No, yo creo que el escenario es cada vez más claro para un cambio de gobierno. Realmente, el impulso que supone que esa posibilidad haya llegado a ser una probabilidad nos alienta. En cuanto a la ilegalización, ésta es una cuestión que hay que analizarla desde un punto de vista ideológico, como una injusticia y como un retroceso democrático. También supone la relegalización de un sector de la población y de unas personas en cuanto al sufragio pasivo. Pero el hecho de un cambio de gobierno es otra cuestión diferente y entiendo que cada vez es más probable.

Es claro que la ilegalización beneficia a UPN sobre todo. ¿Por qué no se levanta la voz contra ello? Tampoco se hizo en la pasada legislatura...

No estoy de acuerdo. Se hizo y se repitió en muchas ocasiones. Los dos o tres parlamentarios que podrían haber correspondido a AuB estaban localizados dos de ellos en UPN y uno en la coalición EA-PNV. Eso se recordó en muchas ocasiones, pero naturalmente correspondía a los directamente afectados hacerlo en más ocasiones. Es una realidad que UPN pretende un beneficio con la ilegalización, al igual que el PP.

Pernando Barrena ha afirmado que NaBai conocía esto y que es cómplice...

Nafarroa Bai no gana nada con la ilegalización, está en contra ideológicamente y así se ha expresado en numerosas ocasiones. No entraré a responder a un insulto.

¿Comparten que ha habido un cálculo político en la ilegalización? ¿Por parte de quién?

Desde luego, por parte de los que lo han hecho, no por parte de los que no lo hemos hecho y de aquellos que consideramos que es un retroceso democrático y una injusticia. En segundo término, sin duda alguna supone también una distorsión y por tanto una anormalización de la situación electoral. Pero yo creo que hay que partir siempre de la diferencia entre pacificación y normalización política, para que no haya precio ni peaje político, y en ese sentido en las últimas declaraciones de la organización ETA el 15 de abril en GARA hubo un retroceso más que grave.

La derecha españolista se ha movilizado por el actual estatus. En cambio, desde el otro lado no hay movilización similar, sino que los mensajes que se lanzan son para negar que haya riesgo de cambio de marco...

Los mensajes que se lanzan son los que están en los programas, y nosotros hemos de decir desde Nafarroa Bai que el cambio del marco político tiene que basarse en el reconocimiento y el desafío, en la audacia que supone la aceptación del ámbito de decisión política de Navarra. Los abertzales tenemos que hacer desde ahí una apuesta frente al llamado navarrismo, que en realidad ha utilizado esa referencia pero de forma farsaria. Y ésa es una de las cuestiones que tendrían que aceptar los abertzales que aún no lo han hecho. Sin duda, la territorialidad tiene en la cuestión navarra un tema pendiente complejo, que hay que abordar con valentía y con audacia, y en ese campo nadie lo ha hecho como Nafarroa Bai.

Pero, ¿no se ha dejado pasar una gran oportunidad de lanzar una ofensiva en favor del derecho a decidir de la ciudadanía navarra?

Nosotros estamos en esa campaña desde hace mucho tiempo y el derecho a decidir de los navarros y navarras con el reconocimiento del ámbito político de decisión para Navarra es una de las bases ideológicas, una de las propuestas más comentadas de Nafarroa Bai, y en ella quisiéramos ver también a los demás abertzales que aún no lo están.

Pero es evidente que excluir a la izquierda abertzale hipoteca la opción de avance...

No hay exclusión por parte nuestra, hay exclusión por parte de los que han dictado la Ley de Partidos, los que la han puesto en práctica y los que han promovido su funcionamiento. Pero en todo caso habría que decir también que en política hay que hacer siempre autocrítica. Es decir, las culpas no son siempre de los antagonistas, son también propias, y en el tema de la ilegalización hay que aprender sin duda dos cuestiones: primero, que para superar las injusticias hace falta analizarlas, luchar contra ellas, pero también saber que la correlación de fuerzas en política es siempre un elemento determinante. Euskal Herria, en el futuro, tendrá que levantar sus estructuras sabiendo que no puede estar en contra de la mayoría de las fuerzas políticas de aquí, contra el Estado español, contra el Estado francés, contra Europa, contra América y contra el mundo. Necesitamos gentes que nos convengan, necesitamos saber vender nuestros mensajes, necesitamos ganar ideológicamente. Decía Telesforo Monzón que en la política hay por lo menos tres niveles de lucha: hay una lucha que es la social, económica, de agente social; hay otra lucha que es la política formal; y hay otra tercera que es la ideológica y hasta la simbólica, que son muchas veces las luchas a largo plazo. Y todo esto es lo que hay que plantear si desde cierta altura de miras queremos dibujar y diseñar un futuro, y eso exige necesariamente un análisis sosegado y una valentía en los posicionamientos.

La opción de un PSOE dispuesto a tomar la Presidencia incluso si es tercera fuerza, ¿le parece realista?

Sí, es una posibilidad real.

Hay coincidencia en la necesidad de desalojar a UPN, pero hacerlo sin lograr un cambio de marco, ¿no les resultaría frustrante, no sería quedarse a medio cambio?

En política nunca se puede jugar al cero o cien, y desde luego el concepto de navarrismo tantas veces denostado desde el izquierdismo es en realidad una práctica habitual. Quitar a UPN del poder no es el fin, ni mucho menos, pero sí es un paso necesario e ineludible. Y si Nafarroa Bai contribuye a ese primer objetivo, habrá dado un paso extraordinariamente importante sin que tenga que ser el último, y mucho menos el definitivo.

¿Qué vía propone Nafarroa Bai? Entre la propuesta del Anaitasuna, el órgano común, la reforma del Amejoramiento... ¿Dónde se sitúan?

La propuesta del Anaitasuna fue un acercamiento de Batasuna a algunos postulados que veníamos defendiendo desde los otros sectores de la izquierda abertzale y del mundo abertzale. Pero fue un acercamiento incompleto. Hasta la propuesta del Anaitasuna, Batasuna había estado denostando el concepto mismo de autonomía, había estado denostando el punto de partida desde los estatutos, desde el Amejoramiento y desde el Estatuto de Gernika, y había estado denostando también que la evolución se tuviera que hacer en virtud de las diferentes correlaciones de fuerzas, y por tanto en velocidades diferentes. A todos estos presupuestos, defendidos con mucha antelación por Aralar y las demás fuerzas que formamos Nafarroa Bai, se acercó de manera incompleta Batasuna en la propuesta del Anaitasuna, que necesita ser completada. Y nosotros la estamos esperando para que, aceptando esa forma de actuar en política y partiendo del ámbito político de decisión de Navarra, se puedan dar pasos adelante. Queremos y creemos importante que llegue al realismo en la política, para poder optar a la efectividad. Pero nosotros no podemos estar esperando. Seguimos con las puertas abiertas, pero vamos a seguir andando.

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