Israel responde con tanques y aviones a los ataques con cohetes
Israel entró con tanques en la franja de Gaza y realizó cuatro ataques aéreos para responder al lanzamiento de cohetes artesanales contra Sderot y Ashkelon. La agresión israelí provocó que distintos agentes palestinos reclamaran el fin de los enfrentamientos armados entre Hamás y Al Fatah que se han registrado a lo largo de esta semana para responder unidos a Israel. «El verdadero y mayor problema es la ocupación israelí», destacaron.
GARA |
Al menos quince carros blindados del Ejército israelí penetraron ayer por la tarde en la franja de Gaza, después de que la aviación del Estado hebrero realizara cuatro ataques aéreos contra distintos puntos de esta zona de Palestina.
Israel respondió de este modo al lanzamiento de cohetes artesanales Al Qassam por parte de milicianos palestinos que impactaron en las localidades hebreas de Sderot y Ashkelon, fronterizas con Gaza.
La Aviación israelí destrozó la sede de la Fuerza Ejecutiva, órgano de seguridad dependiente del primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, convirtiéndola en una montaña de escombros. Una persona murió y otras 30 resultaron heridas como consecuencia de este raid aéreo.
A lo largo del día se registraron cuatro ataques aéreos hebreos contra distintos puntos de la franja de Gaza. Según la agencia Ma'an, se habrían producido cinco muertos -otras fuentes elevaron el número a siete- y 50 heridos como consecuencia de la ofensiva sionista, que atacó objetivos vinculados a Hamás y a la Yihad Islámica.
Los tanques, por su parte, dispararon varias ráfagas contra un edificio de la localidad de Beit Lahia.
Los ataques palestinos contra Sderot y Ashkelon, por su parte, causaron dos heridos.
«Se acabó la contención, a partir de ahora atacaremos», dijeron fuentes de la Oficina del Primer Ministro citadas por la radio pública israelí.
La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, también aludió a los ataques, señalando que «hay que transmitir un mensaje a los palestinos y es que el terrorismo tiene un precio».
La invasión de carros blindados y los ataques aéreos hicieron que distintos agentes palestinos lanzaran un llamamiento a la unidad nacional y a que cesen los enfrentamientos armados entre Hamás y Al Fatah que se han registrado a lo largo de esta semana y que ayer volvieron a repetirse.
Así, miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se interpusieron entre grupos armados de Al Fatah y Hamás en las calles de la ciudad de Gaza. Isam Abú Duqqa, miembro del comité central del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), también instó a que se produzca un acuerdo que impida, definitivamente, los enfrentamientos armados entre palestinos. En una línea similar, Ghazi Hamad, portavoz de la Oficina del primer ministro palestino, señaló que «los ataques israelíes deben traer la unidad del pueblo y del liderazgo palestino». «El verdadero y mayor problema del pueblo palestino es la ocupación israelí», añadió Hamad. Hamás, por su parte, advirtió de que enviará kamikazes a Israel para responder a los ataques. En este clima, el presidente palestino canceló su visita a Gaza tras el descubrimiento de una bomba en el trayecto que debía hacer.
El ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, líder del derechista Likud, reclamó ayer que se corte el suministro de agua y electricidad hacia la franja de Gaza, además de privar de servicios esenciales a sus habitantes, según informó la agencia palestina Ma'an.
Netanyahu se mostró favorable a que los servicios básicos que se prestan en Gaza sean estrechamente controlados por las autoridades israelíes, en unas declaraciones realizadas después de que cohetes artesanales Al Qassam impactaran en Sderot.
El líder del Likud se posicionó también a favor de que el Ejército israelí invada el norte de la franja de Gaza con el objetivo de establecer un espacio de seguridad para evitar que los cohetes artesanales alcancen las ciudades hebreas de Sderot y Ashkelon.
Durante un discurso pronunciado en Jerusalén ante diputados del Likud en la Knesset con motivo del 30º aniversario de la llegada de este partido al poder, Netanyahu se quejó de que el Gobierno israelí -formado por el Kadima y los laboristas- «no ha hecho nada para impedir el lanzamiento de cohetes».
Durante la ofensiva israelí del pasado verano, el Ejército hebreo ya atacó la única central eléctrica que quedaba operativa en Gaza. Desde entonces, el suministro es muy limitado y muchos residentes no tienen acceso al mismo.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, por su parte, pidió que Hamás salga del Gobierno de unidad palestino, ya que «nunca firmará un acuerdo de paz con Israel si permanece en el poder».