Si fuéramos estrictos, deberíamos decir planteamiento, nudo y desenlace, pero colocados como siempre ante la más tosca realidad televisiva, en estos tiempos tan fragmentarios, la verdad es que hay asuntos de los que conocemos el planteamiento, de otros el nudo y de casi ninguno el desenlace. Quizás el enlace con otros nudos, planteamientos y desenlaces. Imposible entender la trama tragi-cómica político-judicial. Más fácil ver el nudo gordiano en el que se encuentra el proceso. ¿Alguien tiene un desenlace?

El planteamiento de «Supervivientes» es bastante sencillo: colocar a famosos en una situación no habitual para sus gastos de cosmética y dermo-estética. En estas situaciones, por muy guionizadas o falsas que sean, la realidad es que los nervios de los participantes se pueden ver alterados. Cambios de hábitos alimentarios, de modo de vida y de otros asuntos, lo que ayuda a ver cómo evolucionan esos seres frente a las cámaras con el fin de sobrevivir y tener cuota de pantalla, no solamente por lo que representa el propio concurso, sino para el futuro. Es una inversión para reflotar su cuenta corriente y su agenda de propuestas venideras. No veo nudo, ni desenlace más allá de lo obvio y mecánico. Pero no desespero, seguiré mirando, por si acaso soy capaz de detectar el hilo conductor.

Y de ahí a la extravagancia, al desvarío, a lo que no solamente es friki, sino super-friki, y no solamente por los participantes, sino por el propio planteamiento. Me refiero a «Factor X», que está llevando los límites de lo sucio a lugares fuera de toda norma, porque se ríen a la cara de los aspirantes de manera insana. Desde mostrarnos la reacción de la compañera de una participante lesbiana que pide si puede romperles la cara al jurado, hasta ocultar el fallecimiento de su abuelo a otra y cosas de este pelaje, lo que sitúa al programa en la basura total y absoluta. Al menos esto es lo que nos está pareciendo, y como lo usan para contraprogramar de manera salvaje, entendemos que es una apuesta seria de Cuatro, aunque no sepamos descubrir exactamente con qué intenciones. O sea, esperamos nudo y desenlace.