REUNIONES ENTRE LOS PARTIDOS VASCOS
El PSOE elude confirmar la finalidad política de sus 25 citas con Batasuna
«Esa información no existe». Con esta frase se sacudió de encima la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, las peticiones para que afirmara o desmintiera la existencia de 25 reuniones políticas con Batasuna antes del alto el fuego de ETA, de las que informó ayer GARA. Pernando Barrena, uno de los protagonistas, sí lo confirmó.
GARA | MADRID
Los portavoces del PSOE evitaron ayer confirmar, desmentir o valorar la información publicada por GARA sobre el marcado objetivo político de los cerca de 25 encuentros mantenidos por representantes de este partido y de la izquierda abertzale antes del inicio del alto el fuego de ETA, hace ahora catorce meses.
Mientras en Euskal Herria el mahaikide Pernando Barrena, uno de los protagonistas de esos contactos, confirmaba plenamente tanto su existencia como su carácter político, en Madrid la vicepresidenta del Gobierno español fue interpelada hasta en tres ocasiones al respecto tras el Consejo de Ministros.
María Teresa Fernández de la Vega trató de despachar la cuestión indicando que «esa información no existe» e intentando equiparar a este medio con Batasuna a través de este argumento: «No tengo por costumbre dar carta de naturaleza a las informaciones que vienen de un partido ilegalizado, nunca lo he hecho».
De la Vega añadió que «el único acuerdo que tiene este gobierno, el único compromiso, es el que hemos suscrito con los ciudadanos, que por cierto, además, está cumpliendo y seguirá cumpliendo hasta el final de la legislatura». Pareció referirse así al dato de que los interlocutores del PSOE y la izquierda abertzale acordaron ya en 2002 que el objetivo de los contactos era avanzar hacia la resolución de un conflicto de carácter político.
En Donostia, fue el mahaikide Pernando Barrena el interpelado en torno a la información: «Por supuesto que es cierta -resaltó-. En la medida en que yo he participado en las reuniones, debo decir que es cierto. No ya el número de reuniones, que probablemente serán más o menos, sino que parece más importante subrayar el contenido político de esa información».
Barrena defendió además que esa labor debe aceptarse como «buena» en la medida en que sirvió para la preparación de un nuevo escenario, como han admitido las dos partes implicadas en estos seis años de contactos constantes. El mahaikide resaltó ayer que «el PSOE se mostraba de acuerdo en privado con un esquema de contenidos políticos antes de la puesta en marcha de la iniciativa del alto el fuego en marzo de 2006, y curiosamente tras ese momento ha sido un esquema abandonado en la práctica por el PSOE, que ha despreciado cualquier tipo de acuerdo. En esa actitud irresponsable podemos encontrar la explicación a la situación tan complicada que vive en este momento el país», concluyó.
Rajoy y Redondo Terreros
Dirigentes del PP como su presidente, Mariano Rajoy, Angel Acebes o Eduardo Zaplana exigieron explicaciones al máximo nivel por esas reuniones cuya existencia era conocida y aceptada por todas las partes. Rajoy instó a José Luis Rodríguez Zapatero a acudir al Congreso y afirmó en tono de indignación que «nunca creí que pudiera estar al mismo tiempo con un partido democrático como el PP diciendo `vamos a derrotar a ETA' y, mientras tanto, hacer 25 reuniones con ETA». La información de este medio aludía exclusivamente a reuniones entre representantes del PSOE y de la izquierda abertzale perfectamente identificados y con una trayectoria pública totalmente conocida, pero los dirigentes del PP insistieron en calificar esos contactos políticos como reuniones con ETA.
GARA recordó en la información que los contactos entre ambas partes se iniciaron en el año 1999 cuando Nicolás Redondo Terreros era secretario general del PSE, aunque con el tiempo ganaron en intensidad y en profundidad y adquirieron esa finalidad política. Redondo Terreros confirmó ayer en la web ``Libertad digital'' su participación, pero matizó que se reunió con Otegi y sus compañeros «cuando Batasuna era legal y había confianza con el PP».
Tras confirmar el carácter político de las reuniones con el PSOE, a Pernando Barrena se le planteó en la comparecencia de ayer si a estas alturas la izquierda abertzale «ha tirado la toalla y da el proceso por totamente roto». El mahaikide lo negó tajantemente: «De ningún modo. Nosotros seguimos pensando que la resolución del conflicto es la prioridad política. Pero creo que para eso y en este momento especialmente hay que remarcar a quién corresponden las responsabilidades políticas y, en segundo lugar, ver qué se ha hecho mal en el pasado para reconducir las cosas y avanzar de manera exitosa».
Destacó entre los errores la negativa actual del PSOE a «desarrollar los contenidos políticos a través del diálogo y la negociación, para llegar a un acuerdo. La izquierda abertzale no entiende cómo lo tenía claro antes del alto el fuego y no ahora». Y reiteró su voluntad de avanzar «hasta el fin».
La marejada desatada en Madrid tras la información sobre los contactos políticos entre el PSOE y la izquierda abertzale tiene un claro contrapunto en una encuesta publicada ayer por diarios del Grupo Vocento, y en la que se constata que el apoyo a esa negociación política resulta abrumador en Euskal Herria.
En concreto, ante la pregunta directa de «¿Cree que deben negociar cuestiones políticas con la ilegalizada Batasuna?», el 71% de los encuestados afirma que sí, y sólo el 20,7% estima que no. El 8% no sabe o no contesta.
El sondeo alcanza además a una muestra de población mucho más amplia de la normalmente utilizada. La empresa Append, encargada de realizarla, recabó la opinión de 4.055 personas por vía telefónica: 1.476 en Gipuzkoa, 1.470 en Bizkaia y las 1.109 restantes en Araba.
La recogida de la información se produjo entre los días 24 de abril y 10 de mayo. Según subrayan los diarios vascos del Grupo Vocento, la muestra se obtuvo por tanto «cinco meses después del atentado de Barajas, donde fallecieron dos personas».
Destaca el hecho de que la mayoría de los encuestados sean partidarios incluso de una negociación política con ETA, pese a que el Gobierno español siempre ha descartado esta opción y que la metodología de Anoeta circunscribe el diálogo político al ámbito de los partidos políticos, dejando para el Ejecutivo español y la organización armada cuestiones como los presos o la desmilitarización.
La pregunta en este caso era la siguiente: «¿Cree que se deben negociar cuestiones políticas con ETA?». El 49,9% responde que sí, y el 42% que no.
Al hilo de ello, resulta también muy clara la opinión general de que el Gobierno del PSOE debe reabrir negociaciones con ETA, después de que proclamara oficialmente la ruptura del proceso tras el atentado de la T-4 del 30 de diciembre pasado. Cuando se les plantea esta cuestión, el 77,5% de los encuestados por el Grupo Vocento apuestan por la reapertura de ese proceso de negociación, y sólo el 15,7% se sitúa en el no.
El Grupo Vocento ofrece también un desglose por herrialdes, que permite comprobar que el apoyo a la negociación alcanza el mayor grado en Gipuzkoa, seguido de Bizkaia y de Araba. En cualquier caso, las diferencias no son excesivamente relevantes. Unicamente en el caso de la opción de negociación política con ETA se produce un cambio en Araba, donde son algunos más quienes la rechazan (49,5%) que quienes la aceptan (44,1%). En el extremo contrario, se puede citar como ejemplo que en Gipuzkoa cae hasta el 16,8% el porcentaje de quienes rechazan una negociación política con Batasuna, y hasta el 36,7% el de quienes censuran esa misma práctica con ETA.
En este mismo ámbito de la negociación política, a los encuestados se les preguntó además si el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y Patxi López (PSE) «deben ser juzgados por reunirse con la ilegalizada Batasuna». Sólo el 7,5% cree que sí, mientras el 83,1% censura este proceso judicial que alcanza también a varios representantes de la izquierda abertzale.
La encuesta dada a conocer ayer no ofrece conclusiones tan claras en lo que se refiere a la posibilidad de que vuelva a haber atentados de ETA o en la valoración de la actuación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en este terreno.
Por lo que respecta a la organización armada, ante la pregunta de si «cree que ETA volverá a matar» el 10,6% responde que «con toda probabilidad», el 18% afirma que «con bastante probabilidad», y el 25,7% escoge «con alguna probabilidad». Son menos quienes le conceden «poca» (18,1%) o «ninguna probabilidad» (14%).
Los porcentajes suben, aunque no sustancialmente, cuando se pregunta a los interpelados si «cree que ETA volverá a cometer atentados». El 66% ve «toda», «bastante» o «alguna» probabilidad de que eso ocurra, frente a un 22% que observa «poca» o «ninguna».
En cuanto a la valoración de la actuación de los partidos, no hay una posición clara sobre el Gobierno del PSOE, si bien la opción más escogida es la que considera que su actitud ha sido «algo inadecuada» (38,6%). La del PNV es definida como «algo inadecuada» por el 33,7%, pero como «bastante adecuada» por más encuestados: el 41,5%. Y destaca el varapalo para el PP, ya que nada menos que el 71,5% ve la actuación del partido de Mariano Rajoy «totalmente inadecuada».
La opción de actitud «muy adecuada» apenas se escoge ni para el partido de Zapatero, ni para el de Imaz, ni para el de Rajoy.
38%
tilda de «algo inadecuada» la actuación del Gobierno español; para el 31,8% es «bastante adecuada», para el 4,5% «muy adecuada» y para el 19,7% «totalmente inadecuada».
77%
defiende que el Gobierno del PSOE debe reabrir las negociaciones con ETA, según esta encuesta que fue realizada entre los meses de abril y mayo. El 15% se opone a ello.
49%
de los interpelados apuesta incluso por que esa negociación política se produzca con ETA, frente al 41%, pese al rechazo frontal del Gobierno y al método de Anoeta.
71%
de los encuestados cree que se deben negociar cuestiones políticas «con la ilegalizada Batasuna», según la formulación de la pregunta. Sólo rechaza esta opción el 20,7%.
71%
estima como «totalmente inadecuada» la actitud del PP en este proceso. Sólo lo «aprueban» uno de cada trece: el 2% lo ve «muy adecuado» y el 5 «bastante adecuado».