Desde el inicio de la invasión en marzo de 2003, al menos 156 profesiones de la comunicación han perdido la vida en Irak. Uno de ellos fue el cámara José Couso. Ayer, la Fiscalía de la Audiencia Nacional española solicitó el archivo de la causa abierta contra tres militares estadounidenses implicados en la muerte de Couso, a quienes el juez Santiago Pedraz procesó el 27 de abril.

Para el fiscal Jesús Alonso, la actitud del sargento Thomas Gibson y sus superiores, el teniente coronel Philip de Camp y capitán Philip Wolford «ni es indiscriminada ni excesiva aún cuando pueda tener relevancia penal y ser merecedora de algún reproche punitivo» y apunta a la «mala fortuna y la fatalidad». «No se trata de un acto intencional doloso dirigido a causar la muerte de personas civiles protegidas, sino de un acto de guerra realizado contra un enemigo aparente, erróneamente indentificado», dice el fiscal en su recurso.

La familia Couso consideró «indignante» la postura del fiscal y recordó que en el auto de Pedraz se calificaron los hechos de «asesinato y crimen de guerra».

Ayer en Irak, cinco personas murieron y once resultaron heridas en tres ataques perpetrados en la provincia de Bagdad. Fuentes de la Policía iraquí explicaron que dos civiles fallecieron y cinco fueron heridos en la explosión de un coche bomba en el noroeste de la capital. El vehículo estaba aparcado cerca de una comisaría en el barrio Al Salam.

Otros dos civiles perdieron la vida en un enfrentamiento entre soldados estadounidenses y hombres armados después de que explotara una bomba en el barrio de Al Hurriya, en el norte de Bagdad.

Además, un soldado iraquí pereció en un ataque de la resistencia perpetrado con armas ligeras desde un vehículo contra un puesto de control militar en Abu Ghraib. En Baquba, medio centenar de milicianos atacó una base estadounidense e iraquí. Media hora después, tropas de Estados Unidos respondieron por tierra y aire, con tanques y helicópteros.

Además, dos periodistas que de la cadena de televisión estadounidense ABC en Irak fueron tiroteados cuando regresaban a su casa en Bagdad. El cámara Alaa Uldin Aziz, de 33 años, y el técnico de sonido Saif Laith Yusuf, de 26, trabajaban en la oficina que esta cadena tiene en Bagdad.