Las autoridades mauritanas aceptaron trasladar a un centro de acogida en la ciudad portuaria de Nuadibú a los 23 inmigrantes asiáticos que permanecen aún en esa localidad tras el desembarco el 12 de febrero del barco negrero Marine I, después de que Amnistía Internacional, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Médicos del Mundo anunciaran que pedirían la implicación de las instituciones españolas en la crisis. El origen de estas 23 personas, que permanecían custodiadas por policías españoles en una nave de pescado en el puerto, se cree que es pakistaní, aunque se niegan a aportar datos para su identificación.