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Pitxu Koto Hijo de una niña de la guerra

Otra visión de las niñas y niños de «la guerra»

No quieren, en definitiva, sacar a la luz las razones por las que se combatía y por las que aquellos chavales y chavalas tuvieron que escapar

Hace 70 años, casi 4.000 niñas y niños vascos llegaban en el Habana al puerto de Southampton. Sus familias consideraron que estarían allí más seguros que en sus casas. Las tropas fascistas, estaban a punto de entrar en Bilbao.

Cuando les pudieron reclamar y volvió una de aquellas niñas con su hermano mayor, se encontró con que su «mundo» había desaparecido. Su madre, que le había hecho un txori cuando marchó, estaba sola con el niño pequeño. Su padre, al que recordaba comprándole carolinas de merengue, había muerto en el viaje al exilio. Socialista de la UGT, está enterrado en Arcachon.

Silencio, soledad, trabajo, necesidad, hambre, muerte del hermano mayor por las duras condiciones de vida, largo franquismo... Más tarde otra vez, la persecución política a sus hijos, el Batallón Vasco Español, las poli- cías... Se murió sin que se le reconociese que lo que había vivido era cierto. Que no era inventado, que había sucedido.

Los que la hemos conocido sabemos que su historia era real. Se nos siguen yendo los ojos cuando aparecen las imágenes del Habana, de Southampton, de los campamentos, con la esperanza de distinguirla entre los grupos de chavalas y chavales. Grupos de protagonistas, de cientos de historias similares.

Ahora, a los instalados en el poder, les conviene fabricarse una buena imagen sobre el tema. Escenifican un cierto apoyo a los que tuvieron que escapar entonces, pero sin entrar en profundidades. No les es muy recomendable poner al descubierto por qué se luchaba, qué se pretendía derrocar, qué defendía cada cuál, etcétera. En suma, no sacar a la luz las razones profundas por las que se combatía y por las que aquellos chavales y chavalas tuvieron que escapar.

Por cierto, uno de los nietos de la niña del txori es prisionero en las cárceles de la dispersión. Esa dispersión que diseñaron el PSOE y el PNV y que hoy es pieza fundamental en el Estado español contra la disidencia vasca. Y también estos días están forzando la entrega desde el reino unido de otras tres personas vascas, con denuncias de terribles torturas por medio.

No es casualidad que los que siguen fabricando prisioneros vascos traten de apropiarse de la memoria histórica de entonces y de ahora, no vaya a ser que se cuenten las cosas como fueron y como son. Siempre antes sus intereses partidistas que la solución y la paz para este país.

Que no quepa ninguna duda. Somos suficientes los y las que hemos heredado la memoria de entonces, aunándola con las circunstancias y experiencias actuales. No nos engañan.

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