Kosovo espera que la ONU oficialice su estatus de país independiente

El avión que nos lleva a Prístina está medio vacio. En él vamos, además de unos pocos europeos occidentales, varias familias de kosovares que regresan a casa tras visitar a sus familiares emigrados. También viajan algunos jóvenes que trabajan en Austria o Alemania y que regresan a Kosovo de vacaciones. Uno de esos jóvenes hace de traductor entre las azafatas y una pareja de kosovares con cinco niñas, una de las cuales no deja de llorar.