ANALISIS Polémica mediática en Venezuela
RCTV y TVes: Cuando lo normal se presenta como extraordinario
La no renovación de su licencia a la golpista RCTV al cumplirse el plazo de concesión ha situado de nuevo a Venezuela en el centro de la polémica. El autor da la bienvenida a su sustituta, TVes. «Si creemos que otro mundo es posible, otra comunicación es indispensable», asegura. Hay miles de niñas y niños que mueren diariamente por causas evitables. Son unas 36.000 personas las que mueren diariamente en el mundo a causa del hambre. Eso es «normal». Varios cientos mueren diariamente a causa de guerras que se consideran normales para asegurar «la democracia y la libertad».
Néstor BUSSO Periodista
Los más ricos normalmente aumentan su riqueza en cientos de dólares por minuto mientras millones de seres humanos no tienen un dólar por día para vivir. Son cosas «normales» y de eso no se habla, esos temas no merecen la tapa de ningún diario ni espacios centrales en radio o televisión. Es lo natural... y los manuales de periodismo dicen que lo normal, lo cotidiano, no es noticia.
Qué es lo normal o natural y qué es lo extraordinario resulta un dato clave para entender el mundo y posicionarse ante la realidad. La prensa del sistema encuentra natural este sistema de relaciones y distribución de la riqueza, del saber y del poder.
Pero, ¿a qué viene esto? En Venezuela hubo un hecho normal y uno extraordinario que generaron mucho espacio en radios, canales de TV y diarios.
¿Cuál fue el hecho normal? Venció una licencia de un grupo que la tenía desde hace más de 50 años. ¿Qué es lo extraordinario? Surge un nuevo modelo de televisión de servicio público con participación ciudadana.
Sin embargo para los grandes medios de difusión del sistema, para la gran prensa, la noticia es que a Chávez se le ocurrió cerrar un canal de televisión opositor.
Aunque es cierto que también resulta extraordinario que un Gobierno se anime a cumplir la ley enfrentando el poder de los grandes medios.
Es tan falaz el argumento de RCTV y sus defensores, que hasta aliados suyos en el Parlamento de Colombia votaron esto: «la renovación automática de una concesión sería un acto inconstitucional, porque dejaría sentado el precedente de un estado de propiedad de ese espacio radioeléctrico, que sólo puede pertenecer al Estado» («El Tiempo», Bogotá, 21 de mayo 2007).
Para los medios del sistema es natural que las frecuencias sean de propiedad privada.
(...) ¿Qué pasó el 27 de mayo en Venezuela? El 27 de mayo de 1987 la Gaceta Oficial venezolana publicó el Decreto 1577 que reglamentaba las concesiones para Televisoras y Radiodifusoras bajo la Ley de Telecomunicaciones de 1940. El primer artículo de ese decreto dice que «las concesiones para el establecimiento y explotación de estaciones televisoras y radiodifusoras se otorgará por 20 años».
El Canal RCTV había sido autorizado a funcionar el 20 de setiembre de 1952, pero como la ley del 40 no establecía plazo para la concesión, este corre recién a partir del 87, por lo que en realidad ocupa una señal desde hace casi 55 años.
Pasados los 20 años, el Estado venezolano tiene la potestad de evaluar y decidir si renueva la concesión o se la otorga a otro prestador, algo que las plumas liberales deberían celebrar como un acto de pluralismo y democracia. El 27 de mayo de 2007 se cumplieron esos 20 años.
En este caso, el Estado decidió no renovársela a esta empresa perteneciente al segundo grupo más grande de la industria de la radio y televisión en Venezuela, el 1BC, quien junto con Venevisión de Cisneros acapara el 75% del ingreso bruto del sector -las otras 97 operadoras de televisión se reparten el 25% restante- y entregársela a un nuevo canal que ocupa la señal de canal 2 desde el 28 de mayo: TVes, Televisora Venezolana Social, una televisión de servicio público.
¿Por qué toma esta decisión? Porque RCTV violó reiteradamente las leyes venezolanas y para empezar a terminar con los monopolios. Otras dos razones por las que los voceros de la libertad de mercado y el respeto a las leyes deberían alegrarse.
¿Qué leyes violaron? ¿Decían muchas malas palabras? ¿No respetaban los horarios? ¿Cuasi pornografía en horarios inadecuados? También, pero, sobre todo, por algo mucho peor: apoyar y participar del golpe que el 11 de abril del 2002 intentó derrocar un Gobierno electo democráticamente y poner un Gobierno títere de los EE.UU.
(...) Lo discutible, en todo caso, podría ser por qué se renuevan licencias para otros canales.
¿Hay expropiación? No hay expropiación, no hay censura, no hay represión a la prensa. Sólo hay cumplimiento de la ley. RCTV sigue siendo dueña de sus equipos, de sus derechos de autor, sigue teniendo sus mismos empleados, sólo que no puede seguir usufructuando un bien que es de todos los venezolanos. Podrá transmitir por cable, realizar producciones, exportar novelas, o lo que se les ocurra.
El espectro radioeléctrico es un bien de la humanidad (como el agua o los recursos naturales) y es escaso, por lo tanto los estados nacionales se encargan de administrarlo. (...)
Los medios del sistema son los que hoy se llenan la boca e inundan las páginas de los diarios y las pantallas de los canales del mundo quejándose porque el «dictador» Chávez no le va a renovar la licencia a RCTV, porque el «autoritario» Correa les pide una autocrítica a los medios, o el «intolerante» Kirchner polemiza con los genocidas o los voceros del neoliberalismo que quieren volver a los 90. Son los medios que monopolizan la información que recibimos y concentran fortunas económicas. Para ellos eso es lo natural.
¿Qué es lo extraordinario? ¿Qué pasó el 28 de mayo en Venezuela? El 28 de mayo hay un acontecimiento que, a nuestro entender, debe ser celebrado. Inicia sus transmisiones Televisora Venezolana Social (TVes), un canal de servicio público con participación social y ciudadana que promete abrir su pantalla a producciones independientes y organizaciones sociales (...).
Una televisión pública y no el negocio de un grupo empresario. Por eso, el 28 de mayo de 2007 puede ser un gran día para quienes trabajamos por la democratización de las comunicaciones, por una Latinoamérica libre con justicia. Porque una frecuencia que estaba en manos de los monopolios y golpistas vuelve al pueblo. (...)
¿Sobre qué cosa opinamos y nos informamos? ¿Qué es lo natural y qué lo extraordinario...?
Evidentemente lo que nos presentan como natural o normal debe y puede ser cambiado. Si creemos que «otro mundo es posible», otra comunicación es indispensable.
Resulta indispensable que los estados garanticen la diversidad y la pluralidad de voces para asegurar el funcionamiento de la democracia. Eso implica políticas públicas de comunicación que aseguren el derecho a informar y ser informados para toda la población. Si dejamos la comunicación y la información en manos del mercado no será posible la participación ciudadana plena. Los grupos empresarios hacen bien en rechazar la censura pero sus medios de difusión silencian a las mayorías y especialmente a quienes cuestionan sus intereses. Por eso necesitamos otros medios para otro mundo, donde lo normal sea el compartir y el respeto a la igual dignidad de todas las personas.