No era un secreto ni algo que puede sorprender a nadie, pero Quique De Lucas confirmó ayer por la tarde en la Ser que abandonará el Alavés al término de la presente campaña, una vez que concluya el contrato que le ha ligado a la entidad albiazul los últimos cuatro años.

Sin querer profundizar demasiado en los motivos de su decisión, el jugador explicó que entiende que ya es hora de cambiar de aires, aunque se resistió a reconocer que la presente había sido la temporada más dura de su carrera. «Éste ha sido el cuarto año, evidentemente las etapas pasan y los momentos se acaban. Un ciclo de cuatro años es más que suficiente para estar en un club. He tenido la mala suerte de vivir cuatro años en los que potencialmente podía crecer muchísimo pero han sido cuatro años en los que no se ha parado de hablar de cosas al margen del fútbol y se han hecho de cosas que no ayudan para nada», señaló.

De Lucas ha sido el centro de muchas críticas de la afición, acusándole de mercenario -se ha podido cuestionar su acierto pero difícilmente su implicación-, algo que no parece haberle afectado demasiado. «No ofende el que quiere y para nada yo me siento ofendido. La gente puede tener su opinión y manifestarla pero para nada me siento ofendido. Si nos ceñimos a la definición de mercenarios, lo somos los futbolistas, los periodistas y todos en general», declaró el catalán.

De Lucas pidió que esta semana se repitiese el apoyo de las gradas que tuvieron ante el Poli Ejido y todo indica que el ambiente será similar, ya que el club dio a conocer ayer que ya habían repartido un total de 5.274 entradas gratuitas para incentivar la asistencia.