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Los combates entre milicias y el Ejército de Líbano llegan a otros campos de refugiados

GARA | TRIPOLI

El Ejército libanés retomó ayer los bombardeos con artillería sobre el campo de refugiados palestinos de Nahr al-Bared, al norte de Líbano, donde desde hace dos semanas se han atrincherado miembros del grupo islamista Fatah al-Islam.

A su vez, miembros de otro grupo, Jund al-Sham, lanzaron una granada y dispararon contra soldados libaneses en un puesto de control cerca del campo de refugiados Ein el-Hilweh, en las afueras de la ciudad de Sidón. Los soldados devolvieron el fuego. Un soldado y un civil resultaron heridos y posteriormente se seguían escuchando disparos de armas automáticas.

En Nahr al-Bared, el Ejército lanzó una veintena de obuses hacia el este del campo alcanzando de lleno e incendiando varios edificios. Tras la artillería, se sucedieron los disparos de armas automáticas, lo que parece indicar que el Ejército se está aproximando a las posiciones de los milicianos en el interior del campo.

Según la Agencia Nacional de Información de Líbano, cuatro miembros de Fatah al-Islam, entre ellos Chehab Kaddour, un importante responsable militar, murieron en los combates. El general libanés Hash Esleinan dijo no ser pesimista respecto a una pronto fin de la crisis.

Refugiados en el campo

Pese a que la situación en el interior del campo es, además de peligrosa, insoportable por las carencias básicas de agua, electricidad y comida, aún hay muchos palestinos que se niegan a abandonarlo. «Los que quedan dentro están convencidos de que los soldados entrarán esta misma semana. Así que los que estamos fuera sólo podemos intentar que el Ejército detenga los bombardeos y evite que mueran más inocentes», afirmó Ahmed Abdelal, uno de los refugiados que ha abandonado el campo, y que ahora vive en el cercano campo de Badawi, al que se han trasladado decenas de miles de personas desde Nahar al-Bared. El responsable del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en este campo, Nabir Sabhi, comparte esta opinión y aboga por que el Ejército detenga la ofensiva y «deje negociar a los movimientos palestinos, porque es imposible que el gobierno y Fatah al Islam lleguen jamás a un acuerdo». Según sus datos, aún permanecen en el campo unos 7.000 civiles y han muerto al menos 35. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) 27.635 personas, agrupadas en más de 5.300 familias, han sido desplazadas del campo de refugiados de Nahr El Bared desde el inicio de los bombardeos.

Pero el Ejército libanés sólo contempla la rendición total e incondicional de los milicianos, aunque ayer murieron tres soldados, según el general Esleinan, lo que eleva a 44 el número de soldados muertos.

El considerado número dos de Fatah al Islam, Abu Horeira, aseguró que su milicia aún permanece en «primera línea» de combate en Nahar al Bared. En una grabación que fue retransmitida por Al Jazeera, afirmó que «no pensamos deponer las armas, ni entregar a ninguno de nuestros compañeros a este régimen injusto». Agregó que el Ejército libanés no ha había avanzado posiciones dentro del campo de refugiados.

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