Martin Garitano Periodista
Mentirán, pero no convencerán
La ocasión era de oro y la han dejado pasar. El largo periodo de distensión (con la salvedad, insoslayable, del atentado de la T4) desde marzo del año pasado, sumado a los dos años anteriores sin atentados mortales, la propuesta de un proceso sustentado en dos carriles diferentes y la oferta de una fórmula posible y posibilista que diera voz a todos los ciudadanos de Hego Euskal Herria en un clima de ausencia de violencia e igualdad de oportunidades han sido malogrados.
Culparán a ETA y serán aplaudidos, buscarán el linchamiento de la izquierda abertzale y contarán con la ayuda de un jelkidismo en retroceso, dispuesto a seguir sacrificando capas de su barniz nacionalista para sostenerse en el machito de la administración; reproducirán las estrategias bélicas y contarán con el asesoramiento y la colaboración de los estrategas de Aznar...
Harán eso y mucho más, pero Zapatero y los suyos han de saber -y saben- que no engañan a quien no se deje engañar. Mentirán, pero no convencerán, porque a nadie se le oculta que, como paso previo a la declaración de alto el fuego, suscribieron compromisos y garantías que incumplieron; porque quien no se ciña una venda sobre los ojos verá que todos y cada uno de los movimientos del Gobierno desde el 22 de marzo de 2006 han ido dirigidos a desnaturalizar el proceso, a vaciar de contenido las carpetas que habrían de ponerse sobre una mesa de partidos que ni siquiera llegó a conformarse. Dirán disparates y tomarán represalias brutales contra los más indefensos. No tengo duda de ello: pero no podrán obviar que en plena tregua encarcelaron a sus propios interlocutores políticos; que se cebaron con los presos restaurando la cadena perpetua y casi hasta la de muerte en el caso de Iñaki De Juana; que la actividad política no ha sido libre ni un sólo día; que han gestionado un progrom para once mil candidatos y han ilegalizado quinientas listas electorales... Y todo eso está ahí, a la vista de todos.
Ahora sólo queda repetirlo: la ocasión se ha perdido. No perdamos un sólo segundo para empezar a levantar los cimientos de otra más seria. ¿Habrá aprendido algo Zapatero?