Hilde Toften, investigadora noruega, reveló que en un estudio sobre la «calidad ética» del bacalao producido en piscifactoría se detectó que en los ejemplares criados de forma intensiva había unos niveles mucho más altos de calcio en sus riñones que aquéllos cultivados sin tanta densidad de ejemplares. «Sería el equivalente a los cálculos renales en los humanos. ¿Es eso doloroso para un pescado? Por ahora no lo sabemos», planteó.

Los aspectos éticos y sostenibles de la acuicultura fueron ayer objeto de análisis en la última jornada en Bilbo de la Conferencia SeaFoodplus, el mayor proyecto europeo de investigación del sector pesquero. Los especialistas escucharon algunas ideas sobre «lo díficil que es saber qué experimenta un pez y cuál es su calidad de vida», según puntualizó otro de los ponentes, Ole Torrison, del Instituto noruego de la Marina. Y es que, como él mismo apuntó, «hay que darse cuenta de que el pez salvaje tiene una opción frente al pez de acuicultura: que puede largarse».

Torrison hizo hincapié ante los presentes en la necesidad de investigar y profundizar en la mejora de la calidad de vida de las especies acuícolas, ya que el estrés y sufrimiento de estos animales está presente en esta producción. «Y, a veces, justificamos ese sufrimiento animal», añadió. El problema, como reconoció, es que «tenemos muy poca experiencia. La evolución de la acuicultura ha sido hasta cien veces más rápida que en el caso de la agricultura y la ganadería. En ello ha influido el número de especies domesticables: 3.000 especies marinas salvajes sirven de alimento, de las cuales unas 400 han sido ya domesticadas.

«Es un enorme desafío ofrecer un buen ambiente a un pez en un depósito», reiteró este experto, quien asumió que hay mucho camino por recorrer en este campo o que, incluso, aun cuando en algunos lugares puedan imponerse las buenas prácticas, no existe la misma consideración en todo el mundo. No hay que olvidar que la mayor parte de la producción mundial piscícola se focaliza en el Sudeste asiático o Sudamérica.

Calcio en los riñones, mayor nivel de CO2 en la sangre, menor crecimiento y mayor acumulación de detritus es lo que constató el equipo de Hilde Toften en aquellos ejemplares de bacalao sometidos a una mayor producción intensiva en su etapa juvenil. «Queríamos comparar un método tradicional de crianza y otro más ético», dijo.

Alistair Lane, directivo de la Asociación Europea de Acuicultura, expresó la necesidad de «demostrar al consumidor europeo el beneficio del pescado y el marisco de acuicultura, por lo que hay que lanzar un mensaje efectivo de que el sector se preocupa por la sostenibilidad». Su programa Consensus tratará de «concienciar» al consumidor de estas bondades.

El consumidor europeo

Un cliente que, según los estudios presentados ayer, tiene en cuenta la calidad del pescado de acuicultura que se le ofrece -incluso en uno se constató que no diferenciaba el bacalao de criadero del salvaje-, pero su consideración hacia el producto variaba dependiendo de la información que recibiera sobre la producción ética que hubiera detrás de esa industria.

«La valoración ética influye en el consumidor», concluyó la noruega Pirjo Honkanen, para insistir en que la industria acuícola debe caminar hacia un cultivo más sostenible. «El pescado debe ser visto como más que un producto», les invitó.