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César Arrondo Universidad Nacional de la Plata (Argentina)

Atentado al proceso de paz y normalización

Debemos seguir aportando a la paz y la normalización, esperando que todos los partidos vascos hagan una importante reflexión interna, revisen sus postulados fundacionales y le digan a la sociedad si realmente quieren solucionar el conflicto

El anuncio de ETA de poner fin a su tregua militar pretende poner fecha y firma al acta de defunción del proceso de paz y normalización política. Es lamentable la determinación que ha tomado la dirección de ETA, lo cual lleva a pensar que no existe una lectura adecuada por parte de la organización armada sobre los deseos de paz y normalización política de la mayoría de la sociedad vasca, lo cual, imagino, cuenta antes de tomar una decisión de esta magnitud, a no ser que ETA se quiera arrogar el derecho a pensar por todos los ciudadanos vascos y vascas.

Quienes entendemos por convicción que el único camino para resolver el conflicto vasco es el diálogo y no la violencia de ningún tipo, creemos que el anuncio de ETA, redactado en términos tan duros, no solamente afecta a las ilusiones de la sociedad vasca, sino que también intenta cerrar las puertas a la posibilidad de lograr la paz y la normalización.

Es cierto, y lo he afirmado en anteriores artículos de opinión, que ante el anuncio de la tregua realizado por ETA en marzo del año pasado pocos gestos se produjeron de parte del Gobierno del Estado, y si los hubo fueron negativos: persecución, ilegalización de partidos políticos y listas, y la deplorable actuación de la Audiencia Nacional.

Me surgen desde la distancia algunas preguntas: ¿Qué ha quedado de la declaración de Anoeta? ¿De qué sirvieron las reuniones a tres bandas (PSOE-PNV- Batasuna)? ¿Por qué nunca se conformaron las mesas de negociación y diálogo? ¿Quieren realmente los partidos del Estado y algunos de Euskal Herria solucionar el conflicto vasco?

En medio de las negociaciones para conformar los cuerpos gubernativos, importantes dirigentes de EA y Batasuna afirmaban ayer mismo en los medios que había que retomar el proceso de paz y normalización política. Parece ser que nadie escuchó, incluida ETA, quien con esta determinación no hace más que complicar el proceso de normalización política, y también a la izquierda abertzale.

Igualmente, más allá del pesar por la noticia,, debemos seguir aportando a la paz y la normalización, esperando que todos los partidos vascos hagan una importante reflexión interna, revisen y sus postulados fundacionales y le digan a la sociedad si realmente quieren solu- cionar el conflicto vasco, y si su posición partidaria es trabajar en pos de una nación vasca como región de España y Francia, o si es la autodeterminación el fin último. De nada sirven las ambivalencias, hay una sociedad que se cansa de discursos que aparecen y desaparecen y opta por no concurrir a votar, y para otros, como siempre, cuando peor, mejor.

La hora impone, defensa de los derechos humanos, unidad abertzale, impulsar el diálogo, construir puentes, poner en marcha un proceso verdadero, sin tutelas, sin personalismos. Cada unos sabe lo que deberá hacer, incluida ETA, porque la historia será inapelable, con quienes no estén a la altura del momento político. No hay que olvidar que el derecho a decidir le corresponde solamente al pueblo vasco.

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