Justo tres meses después del atentado de la T-4, Gobierno español (con su interlocución reducida a una persona) y ETA volvieron a reunirse. Esta cita de marzo supuso una toma de contacto antes de los encuentros definitivos de mayo. En ella, la parte estatal insistió en la necesidad de un nuevo comunicado de ETA y la organización armada replicó reivindicando los compromisos acordados ya por ambos en 2005. Y sobre todo uno: el acuerdo político pendiente.

El Gobierno español vuelve a reclamar «unidad» en la lucha contra ETA y centra sus esfuerzos en intentar evitar que las informaciones que GARA viene ofreciendo sean utilizadas por el PP para romper la tregua que Mariano Rajoy anunció tras su entrevista con el presidente.

Los hermanos Kaczynski se mantuvieron firmes ante la oferta de Angela Merkel de retrasar la aplicación del sistema de doble mayoría y dijeron que no. Consideran que Alemania tiene demasiado poder y se plantaron. Merkel, en cambio, consiguió vencer las reticencias británicas a reforzar la figura del jefe de la diplomacia de la UE. El nuevo escenario que se plantea ahora es una CIG sin que haya habido consenso previo sobre el tratado.