Iñigo Landaluze sintió ayer tras cruzar agotado la línea de meta en Le Grand Bornand que se repetía la historia del año anterior en Pau, cuando le faltó muy poco para poder atrapar a Mercado y Dessel y no encontraba consuelo en el segundo puesto de la etapa y de la general.

«Ser segundo no sirve para nada. Aquí lo que vale es ser el líder y ganar la etapa. Esos eran mis objetivos, pero primero ha arrancado Gutiérrez y yo tengo que seguir a mi ritmo, no puedo saltar a por ellos. Es parecido a lo que me pasó en Marie Blanque el año pasado, cuando fui sufriendo y sufriendo y al final no ha podido ser», se lamentaba.

Añadía que «he subido La Colombiere a mi ritmo para intentar coger a Fofonov y Genderman. Cuando estaba coronando estaba recortando tiempo al alemán y pensaba que igual podía cogerle. Sabía que la bajada era de dar pedales, pero he llegado arriba muy justo de fuerzas y el descenso era de dar pedales y al final me he enganchado una gran pájara y el último kilómetro casi me ha parecido más duro que todo el puerto».

Se quejaba de las características nada técnicas del descenso final: «Si llega a tener curvas le hubiera podido recortar. El problema es que he llegado arriba muy justo y el descenso era de fuerza. Si llega a ser más técnico, no sé como baja él, pero yo bajo bien y quizás habría podido atraparle».

Se quedaba con la sensación de que la gloria para él se hace esperar demasiado: «No sé qué me falta. El problema es que para arriba tengo que ir a mi ritmo y siempre hay algún escalador que me saca de punto y luego, como siempre, sufriendo y sufriendo y no lo consigo. Hay que seguir intentándolo, se me está resistiendo mucho conseguir una victoria en una grande, pero espero que un día llegue».

«Rubén Pérez, sensacional»

Iñigo Landaluze quiso agradecer el trabajo de Rubén Pérez en la escapada: «Ha estado sensacional, ha hecho un gran trabajo para mí. Desde la salida lo hemos estado intentando estar a todos los ataques, yo incluido, y al final lo he conseguido. Me he metido en la fuga y Rubén Pérez también y ha sido él quien ponía el ritmo, porque el resto no tiraban».

Se mostraba contento con la gran actuación de su equipo, que consiguió la segunda plaza por equipos en la etapa de ayer tras el T-Mobile ya que Astarloza, que es noveno en la general, y Haimar Zubeldia entraron en el pelotón de los elegidos y Amets Txurruka hizo buena etapa. El de Etxebarria y Antón están entre los diez primeros en la general de los jóvenes. Destacaba Landaluze que «lo importante es que el equipo demuestra una actitud combativa».

Antón: «El equipo, muy bien»

En la misma línea Igor Antón manifestaba tras su primera toma de contacto con la montaña del Tour que «el equipo ha estado muy bien. La pena ha sido no poder rematar con Landaluze, pero chapeau para el equipo».

Sobre su actuación personal comentaba que «se ha ido bastante rápido y la Colombiere es un puerto durillo para empezar. A mí me ha faltado un punto para estar con los mejores. Tampoco me he encontrado bien y he decidido que queda mucho Tour y por lo menos no vamos a morir el primer día».

A la hora de valorar su primera presencia en la prueba más importante señalaba que «de momento se ve que hay un nivel alto. Ya me he hecho una idea de lo que es la carrera. Se corre a un ritmo muy fuerte y a ver si mejoro yo un poco o los demás van un poco a menos».

Pero no quiere pasar desapercibido en la prueba y no descarta intentarlo en la jornada de hoy camino de Tignes porque «es una etapa que me viene mejor que ésta con bastante más dureza. A ver si lo intento y puedo estar ahí adelante».