Posiblemente, ser lineal no sea ni bueno ni malo, lo normal. Normal porque todo tiende a parecerse, porque los sueldos no dan para imaginaciones, porque salirse del credo puede conducir a la excomunión. Así que pito pito gorgorito, dicho sin recochineo ni ánimo de perturbar el desayuno de nadie, que los periódicos se leen por la mañana. De hecho, ser programador o el responsable de dar el visto bueno a lo que te ofrecen las agencias de contratación o los mánagers, es tarea tan ingrata que no se aceptaría ni para uno mismo. Y está, además, lo de contentar a todos los públicos, las comisiones, el respeto a la pluralidad, acordarse de las minorías... Deja, deja...

Con este panorama, se hace lo que se tercie y ni tan mal. Aseguremos, por tanto, que bien podemos asegurar, que este programa de fiestas ni es malo ni bueno, tal y como ocurrió con el de Iruñea y Gasteiz, y como sucederá con el de Bilbo. Es, digamos, el que pudo ser porque ser ya es suficiente, por habitual.

Los grandes de Sagües

En el escenario principal el domingo se despeinarán Macaco. Los barceloneses son un recurso eficiente para el supuesto generalizado de que en las fiestas tiene que haber meneo, ritmo y no músicas sesudas. Macaco llevan ya cuatro álbumes y cientos de conciertos, lo que garantiza efectividad.

Barricada se encuentran en ese momento en el que te toca luchar junto a tu pasado y contra él. Un lugar donde cualquier sensación viene de maravilla. Un lejano día fue el concierto mil, meses después el disco de platino. Y ahora, por ejemplo, el 25 aniversario. Al margen de inyecciones de moral, Barricada están llevando con inteligencia su carrera. Cuentan con un directo que aparenta frescura, denotan que no están ahí por obligación, aunque, incluso en ese caso, en su derecho estarían. A la espera de ver cómo será su futuro: pasado y presente se unen con mordiente y motivación cada noche, cada tarde de ensayo. Con todo, lástima que todavía continúen delegando en exceso en mánagers, sean de oficina, personales o de ruta.

El éxito de La Quinta Estación ni lo entendemos ni le encontramos el más mínimo interés. El miércoles, Sagües apura el ritmo con la Fundación Tony Manero. Buenos músicos y sonido bailón de impacto.

Le vimos en el Live Festival de Bilbo. Trece músicos en escena mas uno entre el público: sus miles de seguidores, como en el fútbol. Fermin Muguruza mantiene su magnetismo. Es el mismo chicuelo encorajinado de hace veinte años. Siempre se encontró cómodo al lado de los jamaicanos, de sus enseñanzas, y opta en esta ocasión por palparlos de cerca. Hay bajos y graves en este Afro-Basque Fire Brigade, músicos locales e internacionales, regue y repasos, coristas con grandes voces, vientos que son tornados, el Benas con ágil guitarra... y, al frente, Muguruza, un espléndido director.

De David Civera no sabemos nada. Bueno, que es bajito, de Teruel y que tiene una canción muy conocida que dice como «que la detengan, que es una mentirosa...». Dicen que es simpático y tal. Sagües cierra fiestas con Los Ronaldos. Ni frío ni calor. Lo harán bien. Suponemos.

Otros escenarios

La plaza Trinidad es un lugar donde la gente puede sentirse cómoda y feliz butaqueando tranquilamente con el folk astur de Tejedor y la transgresión de Karidadeko Benta. Habrá que levantarse para seguir el rock de La Familia Iskariote y Keike, el divertido naranja de Losdelgás, el nuevo proyecto de Javier Sun, Mod Time. Desde Washington y Madrid se ha fichado a Pull, ni idea de qué o qué.

El Peine de los Vientos es una buena alternativa musical. Nombres menos habituales, cierta vanguardia, noches de baile elegante... Es el caso de Vanexxa, Gose, Telephunken, Makala, Lauroba y el casi siempre monótono hip hop peninsular; en este caso, Kode Q.U.O. y Tote King. No olvidamos el siempre sufrido asunto de los concursos locales, final entre Iam Raros, Lolas Club y Vostok, que atendemos en el espacio contiguo.

Y como prefiestas, el sábado concierto en la Trini organizado por Donostiako Piratak, que cuenta con Berri Txarrak, Etsaiak e Instep, que comenzarán show a las 20.00 h.